Sonríe.

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Sonríe.

Entre el mar y el cielo eres el mejor azul. En el vaivén de las olas y las corrientes de los ríos, la más fuerte.

La presión de las rocas marinas, ahogadas en el cielo, es solo un pequeño punto de vida en mi búsqueda de encontrarte. 

Moriría entre tus lagrimas el más bello pez tropical por la pena de tus sentimientos ahogando así la felicidad de los tonos rosados en las escamas de la vida.

Sonríe princesa. Aun que nunca te he encontrado.

Sonríe princesa. Aun que siempre te he soñado. 

Las mejores perlas de las ostras más escondidas, en lo remoto de las tinieblas desconocidas de mi locura,

no son ni la mitad de deseadas que esa sonrisa. 

El mar es salado, pues en su creación el mundo tenia ya en mente que todo el dulce estaría ocupando un lugar único en tus prismas. 

Que amarga la miel para el paladar que te ha catado. 

Te busqué en los libros de piratas buenos.

Te busqué enredada entre las redes.

Mire en el fondo de un desdibujado retrato.

Pregunte en todas las colmenas. 

Las flores arrogantes no te creían existir. 

Algunos poetas juraban conocerte, aun que nunca eras tú. 

Las nubes me decían muchos lugares donde estarías.

Voladoras mentirosas,

¿porqué cambiarían el lugar de tu encuentro, en cada parpadeo cegado, al observarlas? 

El viento, gran aliado de mis bohemios pajaritos soñadores, me sonrió.

Empece a llover. 

¿Porqué me empapas de mar? preguntó el viento convirtiéndose en huracán.

¿Porqué me das una sonrisa que no es con la que sueño? respondí desesperada. 

El verde creció acariciando los afligidos dedos de los pies de esa mujer desolada por la ausencia de su princesa. El huracán se desvaneció en un soplo de palabras que impactaron en su cara. Sonreí.

Eras tu. Sí. Lo eres, eres tu. 

La responsable de mi despreció a las rosas, el mazapán, los libros de caballería, al kransekage, la poesía, los perfumes, los violines, las aventuras, sí, eres tu. 

La que tanto había buscado. 

La que tanto había tocado y que nunca había tocado.

La que tanto había visto y que nunca había visto. 

Sonríe princesa, porque me has encontrado.

Sonríe princesa, porque te he encontrado.

No llores mi amor, pues así rompes el hechizo en el que me tienes expuesta y desmigajas mis sueños

dejando a la merced de mis fuerzas el hecho de luchar para haceros sonreír.

Sonríe mi bella dama, soy tuya para que juegues cual niño con su juguete hasta que no sirva para vuestro fin. 

Sonríe pues entre la hierva y el cielo eres mi musa, mi princesa, el camino donde herir mis rodillas, el punto final para mi ultimo capítulo. 

Sonríe y sonreiré.

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⏰ Última actualización: May 28, 2013 ⏰

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