Pasaban los años y Carlota ya tenía un montón de amigas y amigos. Cuando llegó la hora de graduarse en infantil, se lo pasaron todos muy bien y estuvieron todos jugando en el patio y comiendo chuches.
Dos años más tarde, se tuvo que cambiar de colegio porque el otro era bilingüe, en esos momentos la tristeza de dejar de estar con la gente que conocía, a sus profes y a sus amigos, y tener que cambiar de cole, hacer nuevos amigos y nuevos profes, rondaba en la cabeza de Carlota.
Estaba triste, pero sabía que si cambiaba de colegio nos estaría tan mal, pues se iba con su mejor amiga Rocío. Iba a hacer nuevos amigos.