Una historia de amor y baloncesto

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Bien, ya he acabado el entrenamiento y estoy a punto de llegar a mi casa para descansar un poco, ya que sabía que a la mañana siguiente tendría que ir a estudiar. Según dicen, la vida de una adolescente no es fácil pero, yo, según lo que me dices soy "perfecta" ya que vivo una vida sin preocupaciones y, al tener grandes amigos, buenas calificaciones y ser fanática de el mejor deporte en el mundo soy una chica "unica" pero, ¿qué tengo de unica? yo soy yo y no creo ser complicada porque cada vez que me pasa algo importante en mi vida al dia, o a la semana ya esta en boca de toda la escuela porque confió en cualquiera que me salude. En fin, ¿para qué preocuparme? yo solo quito descansar para otro día normal.

Si bien ya todo va normal, sólo estoy en camino a la escuela, nada especial hasta que lo vi. El era el chico que una vez soñé, alto, atletico, pelo tan Rubio como el sol y ojos tan azules como el cielo mismo. Se veía que ese chico disfrutaba de un deporte, mi deporte favorito ya que tenía una gorra con un logo reconocible para todo el mundo 'air jordan'. Simplemente era un chico perfecto, pero, por quedarme absorta en su mirada no me di cuenta de que me llamaban hasta que me golpearon en la cabeza.

Eran Erik y Vania, mis mejores amigos. A Erik lo conocí en un torneo en Chihuahua y a Vania la conozco de toda la vida. Quien me había golpeado era Erik así que, para desquitarme lo golpee en el brazo con muy poca fuerza y los tres nos hecha nos a reír porque el es un sentido que se queja de todo. Comenzarln las clases y le pregunte a Vania si sabía algo de el Rubio desconocido. Lo que descubrí fue que el esta un curso arriba del mío y, efectivamente estaba en baloncesto. Según lo que me contó mi amiga, Eduardo (el nombre del chico desconocido) estaba en la clase de basquet y lo acababan de subir al equipo, ya que eso explicaba el porque nunca lo había visto en los entrenamientos o en la final de los torneos. Ahora sólo faltaba hablar personalmente con el para saber más acerca de ese chico perfecto que tanto me atraía.

Una vez terminadas las clases era la chica más feliz del mundo, lo único que me faltaba en el día era el entrenamiento y, eso significaba que tenía tiempo para hablar con eduardo en un lugar en el que me sentía más cómoda.

ya estoy lista, estoy en camino al gimnasio perdida en mis pensamientos cuando tropiezo con alguien, ese alguien es Ángel. Ángel es, por así decirlo en mejor jugador de su equipo y el chico más guapo de mi generación, alto, guapo, pelo largó y castaño que le cubre una cicatriz en la ceja derecha y sus ojos, sus ojos son cafés pero, tienen algo, algo que enamoran es como si vieras un brillo especial en ellos cada que hablas con el (o que estoy cerca).

-¿estas bien?-me pregunta al voltearse.

-claro, sólo fue un pequeño golpe, nada comparado con lo que recibo en los partidos-le respondo.

-esta bien,¿vas al gimnasio? ¿te puedo acompañar?

-si-le respondo rápidamente-.

-oye, ¿conoces a Eduardo? escuche que lo subieron al equipo hace poco-.

-si, bueno... no... lo he visto pero no he hablado con el, tenía planeado felicitarlo al llegar-le respondo.

-buena idea, oye, tengo que hablar con Erik, ¿puedes felicitarlo por mi?

-claro- repondo mientras el se acerca a mi mejor amigo y me deja en la entrada de nuestro destino.

Mientras sacó mi balón de la mochila alguien de acerca a mi y, al voltearme término justo enfrente de eduardo(cosa que me molesta porque en un día me he tropezado con demaciadas personas).

-¿me prestas tu balón?- me pregunta mientras se hecha a reír ya que lo único que nos separaba era ese objeto.

-muy gracioso ¿no? ¿qué me dices de jugar un 21?-le respondo para hacer que mi corazón vuelva q su lugar.

-por mi esta bien...¡yo empiezo!- me dice mientras me quita el balón y falla una entrada simple, yo solo empiezo a reír.

-soy mejor en la defensa, no estoy acostumbrado a hacer rompimientos rápidos-me dice para no parecer idiota.

-no te preocupes, si ese es el caso... entonces intenta parar esto-le digo mientras le encesto un tiro de 3.

Luego de un rato jugando y hablando de nuestras vidas descubro que jugaba béisbol pero cambio de deporte y por eso empezó en la clase pero, al darse cuenta que era muy bueno defendiendo, Aldo, quien es el capitán del equipo decidió convencer al entrenador de subirlo al equipo.

-y... tu... ¿t..tienes novio?- me pregunta cuando estoy a punto de hacer mi último tiro.

Esa pregunta me sorprendió tanto que el balón no rozo la red dejándome ver tan estúpida como el cuando falló la entrada.

-yo en realidad no tengo, se me hace innecesario tener uno si tengo el basquetbol y a todo mi equipo.

-Ariana, ya va a empezar el entrenamiento, ven o nos pondrán a correr más tiempo-me gritan desde lejos.

Podría decirse que me han salvado,¿ porque me habrá preguntado eso? yo verdaderamente no tengo novio pero, ¿no es él el chico que me esta empezando a gustar? aparte, yo tengo sentimientos y de verdad se que quiero a Erik y que me gustan los ojos de Ángel y la forma de botar el balón de Aldo.

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