La estación de trenes de Daegu siempre estaba llena de personas. A Min Yoongi nunca le gustaba estar rodeado de ellas pero contenía sus sentimientos en contra solo porque debía usar el tren. Hoy parecía que había más personas de lo normal. "¿Será por qué es viernes?", se preguntó Yoongi que estaba un tanto molesto por la cantidad de gente.
Se sentó a esperar el tren como siempre lo hacía y sacó su libreta negra en la que escribía. Notas, dibujos, teléfonos, letras de canciones, direcciones, todo lo que se podía imaginar estaba escrito en la libreta; incluso aquella vez que había jugado por horas al Ta-Te-Ti con Hoseok. Siempre la llevaba consigo mismo y el solo hecho de perderla lo angustiaba. Anotó un par de cosas que se le vinieron a la mente y cerró la libreta al oír que el tren se acercaba. Se movió lo más rápido que pudo para poder entrar primero pero quedó atorado entre la gente. Maldijo para sí mismo y suspiró. "Definitivamente es viernes".
Al entrar al tren miró a su alrededor buscando un asiento. La mayoría de la gente ya estaba sentada, leyendo, hablando con quien viajaba; y el seguía parado allí. Del lado izquierdo del vagón, había un asiento vacío al lado de un chico que estaba completamente dormido. "Ese asiento es mío", pensó. Camino corriendo hasta el asiento, sin que nadie se diera cuenta de su acto casi egoísta y se sentó. El chico a su lado se retorció pero no se despertó. Tenía la cabeza tirada hacia atrás contra el respaldo y su boca estaba abierta, lo que indicaba que había estado durmiendo por un largo rato. "Sueño profundo", se dijo a si mismo Yoongi.
El viaje fue bastante tranquilo aunque en su interior, su estómago se revolvía ya que se encontraría con su viejo amigo Taehyung, el cual le había dicho que tenía "una sorpresa". Yoongi obviamente no preguntó de qué se trataba ya que Taehyung no iba a responderle, siempre lo hacía quedarse con la intriga. Pero cuando Taehyung lo llamó el lunes por la noche se sintió abrumado, antes que nada y luego emocionado. No podía entender por qué pero el tono en que Taehyung había dicho "¿Puedes venir a Busan el viernes?" había prendido una chispa en él. "Sea lo que sea, debe ser algo bueno" comentó en el tren como si nadie estuviese ahí. Un par de personas lo miraron como si estuviese loco pero a Yoongi no le importó.
Hubo instantes en los que el tren estuvo casi vacío y gracias a eso, Yoongi se pudo dedicar a escribir cosas en su libreta. Escribía y tachaba, escribía y arrugaba el ceño, escribía y quería arrancar la hoja. Nada de lo que escribía lo convencía.
-¿Con falta de inspiración?
Yoongi giro su cabeza. El chico que había estado durmiendo, estaba en frente de él y tenía una sonrisa en sus labios. Ni siquiera parecía que se acababa de despertar, todo lo contrario. Su cabello estaba tan solo un poco desordenado pero incluso eso le quedaba bien. Del lado derecho de sus labios, se marcaba una pequeña línea que hacía que su sonrisa se volviera aún más pícara. Sus ojos eran prácticamente líneas que atravesaban su cara. Yoongi siguió escribiendo en su libreta como si nadie le hubiese hablado.
-¿Qué escribes? -volvió a preguntar pero esta vez se acomodó enfrentando a Yoongi, como si este fuese a hablarle.
El chico tenía perseverancia, eso había que admitirlo. Yoongi siguió escribiendo en la libreta pero antes, miró a su nuevo "compañero", si es que se lo podía llamar así.
Comenzó a dibujarlo sin decir ni "a". Dibujaba y seguía dibujándolo. Lo miraba para poder retratar el rostro del chico y parecía que a cada trazo, el compañero se volvía más y más complejo. Cuando por fin terminó el dibujo, arrancó la hoja y se la entregó.
-Toma.
-¿Y esto es...?
-Un dibujo, ¿no se nota?
Yoongi observó la cara de aquel chico por enésima vez. Tenía un brillo particular en los ojos, algo que no había podido expresar en el dibujo. El chico sonrío como lo había hecho la primera vez y, de forma tímida y agachando la cabeza, emitió un "gracias". Yoongi tomó el papel de vuelta de sus manos.
-¿Tu nombre?
Pareció dudar unos segundos y luego se aclaró la garganta y exclamó: "Park Jimin".