Ice Heart

Solo es un dia mas.

Max.

- Cállate - dice Amy - nos va a escuchar - me causa gracia como le preocupa algo tan bobo.

- Ya lo hemos hecho antes y no se ha dado cuenta - digo tocando sus brazos - ademas, es tan tonta que así se de cuenta no dirá nada.

- Max - dice apartándose - es tu novia, al menos finge algo de amor por ella - se ve muy seria.

Suelto una pequeña risita.

- Lo dice la chica que tiene sexo con el novio de su mejor amiga - la miro con picardía - ¿por qué te importa tanto de repente? - jugueteo con su cabello.

- Por que ella si ha sido una amiga para mi y yo estoy metida en un asunto contigo, que a ti no te importe ni mierda ella, no significa que a mi no.

- ¡Ay!, Amy, por favor, llevamos con esto mas de ocho meses - ruedo los ojos - lo dices como si fuera la primera vez que lo hacemos.

- Pues sí, pero... - la callo con un beso profundo.

Empiezo a quitar su blusa, tocando su abdomen y su pecho.

Beso su cuello y ella arquea un poco la espalda, ya conozco todos sus puntos débiles.

Mientras que Amy esta entretenida toqueteando mi espalda, yo empiezo a desabrochar su sostén con delicadeza.

Siempre he amado el aroma de Amy, es dulce, pero no empalagoso. Cada vez que aspiras ese olor a caramelos te dan ganas de pasar tu legua por todo su cuerpo.

Mi novia entra a el armario.

Me doy cuenta que ella entra por que Amy se queda petrificada, viendo hacia la puerta. Volteo rápidamente para ver de quien se trata. Efectivamente. Es mi novia.

Tiene los ojos ha desbordar de lágrimas, sus ojos grises provocan que las lágrimas brillen más con la luz blanca del armario en el que estamos encerrados, nos observa incrédula, pero en especial, a mi.

Es de esperarse.

Con toda la cantidad de promesas de amor que alguna vez le hice, y las noches "especiales" que pasamos.

Espero que ya le haya quedado lo suficientemente claro que a mi ella no me interesa.

La fama que necesitaba que me diera.

Ya la tengo.

Puedo cogerme a cuantas yo quiera.

- Ya... Be...be... Ma...Max - balbucea alguna frase que no alcanzo a entender y sale corriendo, escucho la puerta de mi casa cerrarse con fuerza.

- Ay no - dice Amy, sus ojos están en blanco - ¿qué fue lo que acaba de pasar?

- Tranquila - digo cogiéndola de la cintura - por lo menos ya podemos ir a un lugar más cómodo.

- ¿Estas demente? ¿Te das cuenta que todo acabo? - dice muy molesta.

- Pero tesoro, por fin podemos estar juntos sin escondernos, por que yo te amo a ti, no a ella, sólo a ti- digo tomando su cara entre mis manos - vamos a un lugar en el que podamos estar cómodos ¿te parece?

-Bueno, pues... - le doy un beso en el cuello y la alzo para llevarla a mi habitación.

Por fin la tengo toda para mi.

Sin ninguna distracción, ni novias estúpidas.

Al fin tengo todo lo que deseaba.