Capítulo 1: "La Zona"

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No desesperaremos. No somos cobardes ni fatalistas; creemos que Dios ha puesto en nuestras manos los medios para nuestra supervivencia y vamos a sacarles el máximo provecho.

Mary Shelley


Innova Enterprise, una empresa encargada de aplicar exámenes psicométricos y dar servicios de recursos humanos a futuros empleados de grandes cadenas internacionales, tiene su sede en el piso 18, del número 257 de la calle 4, una concurrida zona llena de oficinas y grandes edificios, dentro del complejo, se encuentran oficinas de otra índole, una de Marketing que trabaja con grandes consorcios de la zona, otras de comunicación y hasta una agencia de modelos.

En esta última trabajaba Pirro, un ex modelo, cara de una importante marca, que ahora se desempeñaba como un busca talentos de la industria, era sábado, todos se habían ido a comenzar su fin de semana, pero el, sentado detrás de una computadora, seguía mirando fotografías que le funcionaran para una campaña de millones, miro su taza y frunció el ceño, se giró poniéndose de pie para avanzar hacia su cafetera, molesto al darse cuenta que estaba vacía, apenas comenzara la semana despediría a Sara, su secretaria, no interesaba que llevara ya 8 años en la empresa, para él, era una incompetente. Bajo la taza y se acercó a la computadora para apagarla, el día había acabado, desdoblo las mangas de su camisa que parecía ceñirse a sus músculos a la perfección y se colocó el saco hecho a la medida antes de salir de la oficina, camino por el pasillo rumbo al elevador, quizá iría a comer a ese nuevo restaurante que habían anunciado en todos lados, solo para hacerse notar ante la prensa, seguro que los dueños agradecerían la publicidad, sonrió para sí mismo cuando una mujer pelirroja de mediana edad casi choca contra él, venia de un pasillo caminando de forma bastante rápida, casi huyendo.

-Fíjate por donde Camin... - Comenzó a reñir, pero la pelirroja siguió su camino por el pasillo, adentrándose en las escaleras de servicio, Pirro se quedó un poco extrañado por el suceso, en cuanto estuviera en recepción avisaría a seguridad lo que había pasado, acomodo su saco y continúo caminando por los grandes pasillos del edificio.

-Pirro – se escuchó que alguien llamaba, Pirro se giró y apareció detrás de él una mujer delgada de cabello castaño haciendo sonar sus tacones, su sonrisa leve mostraba su perfecta dentadura, Pirro sonrió de inmediato –Karin ¿Qué haces a esta hora aun por aquí? – pregunto sorprendido por la aparición de la castaña – Ya sabes cómo son los clientes, al parecer una empresa quiere una "nueva visión" para su campaña – explico con un notable fastidio, Karin era trabajadora de la firma de Marketing y Publicidad empresarial Berns & Matthews, el Matthews provenía de su padre, pero ella siempre decía que se había hecho un nombre por si misma

- ¿quieres que termine eso? Ya te dije que vengas a trabajar conmigo, tienes un rostro que me funcionaria para varias cosas.

- Si quisiera que mis neuronas fueran ignoradas, hay mejores maneras de hacerlo – Bromeo mientras caminaba a su lado, el día parecía que había tenido un mejor giro, quizá podría llevar a Karin al nuevo restaurante y quien sabe lo que podría lograr en la noche, tanto era el cambio de humor que había olvidado por completo el percance de hacia un momento.

Esperaron el elevador juntos hasta que este abrió, dentro había una señora de edad avanzada, con un pequeño que no sobrepasaba los 10 años – Buenas tardes – saludo la mujer amablemente mientras tomaba la mano del pequeño.

–Alguna encuesta para estudios de mercado – Susurro Karin a Pirro entrando al elevador, por lo menos el tamaño de este era bastante grande, al ser parte de un complejo tan grande como en el que estaban, los elevadores tenían capacidad hasta para 20 personas perfectamente acomodadas, en el edificio existían 5 iguales.

Pirro sin esperar pulsó el botón del elevador para que este fuera a la recepción, pero para su sorpresa, este subió, rodó los ojos, de haberlo sabido hubieran esperado al siguiente. El elevador subió dos pisos, colocándose en el 21, donde abrió sus puertas y dejo entrar a un hombre con un uniforme de color gris que cubría su cuerpo entero, en su espalda se leía la palabra Mantenimiento, así como un logo que ni Pirro ni Karin lograban reconocer, llevaba con él una caja de herramientas.

- ¿Imagino que todos bajan no? – pregunto con una voz rasposa notando que el botón del elevador ya estaba presionado, se recargo en la pared mientras el elevador bajaba.

20...19...18...17...16...15...

Parecía que el viaje era eterno...

14... Sonó una campana que anunciaba que el elevador iba a abrirse, al hacerlo entro casi tropezando y cayendo una pelirroja con el rostro asustado, todos dieron un paso hacia atrás sin comprender que pasaba, Pirro la reconoció de inmediato por su encuentro de hacía unos minutos atrás, la mujer se levantó y comenzó a oprimir el botón de cerrado de puertas con desesperación, Pirro se acercó y tomo su muñeca – ¡Basta! – dijo ante la mirada atónita de las personas y el elevador comenzó su descenso.

- ¡Tenemos que huir! – Dijo la mujer tratando de liberarse, Pirro soltó su mano al momento que se escuchó un fuerte estruendo, un rechinido de algo que parecía oxidado, el elevador hizo un movimiento brusco y detuvo su paso, la luz que marcaba los pisos se apagó y dejo toda la zona oscura.

-Ellos vienen...-susurro la pelirroja con la voz quebrada.

El ElevadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora