THE ROYALS

Capitulo 1

La lluvia de mentiras llego inundando mis sentimientos más profundos hasta el grado de ahogarlos todos en un instante. Tal vez era la forma en la que lo decía y sentía. Dicen que, de la abundancia del corazón habla la boca. No se si eso sea cierto, pero estoy segura de que todas sus decisiones me afectaron como cuando una casa es construida sobre sobre una masa de arena poco resistente, cuando llega la tormenta esta se derrumba al instante, y al reconstruirla sencillamente ya no es lo mismo.

La historia de una pequeña y delicada flor, que vivía en medio de un campo lleno de cardos que la oprimía todo el tiempo, absorbiendo la poca agua que caía del cielo, sintiendo la brisa caliente del aire y cada día olvidando cual era su buen proceder.

Entre la realeza no existe la compasión. Simplemente si algo o alguien satisface los deseos egoístas de cualquier persona, lo utilizan hasta exprimir la última gota de inocencia que haya sobre si. Es una vergüenza total.

-Mi señor-Mi cabeza da vueltas y vueltas sin lograr entender por que razón me encuentro aquí, quizá sea por que me niego a aceptar la realidad.

-Diga Máximo-La voz ronca del rey escucho, aunque mi mente viaja hacia otro lugar que no sea este. Abro los ojos instantáneamente para encontrarme con el cielo gris de los ojos de mi padre. Aunque los he visto por años, del algún modo veo algo desconocido en ellos que jamás había visto en el.

-El príncipe esta cruzando el gran río ahora mismo, eso indica que están apunto de llegar-Mis ojos se cierran nuevamente lazando hacia atrás las lágrimas que amenazan con salir. Las palabras del general Máximo son como cuchillos que apuntan directamente hacia mi corazón, llevándose hasta el ultimo soplo que no le pertenece.

-Un sabio rey me dijo un día, que cuando fuera mayor, me sentaría en el trono y reinaría junto a la persona que yo eligiera-

Dejando el sillón de terciopelo color rojo, mis rodillas tocan el frío suelo y mis manos los nudillos arrugados de mi padre. Jamás lo había mirado desde abajo, pero el luce como en las fotos que cuelgan en las paredes del castillo, joven y refinado.

-El sabio rey que te dijo eso estaba equivocado-

-Pero no es verdad.Una persona sabía jamás se podría equivocar al dar un consejo.-

Le digo. No con la intención de molestarlo, sino de que recapacite. Confió en el hombre que alguna vez me amo.

-Yo si me equivoque Dalila, espero que algún día entiendas que lo que hice es por tu bien y por el del reino-

Su lenguaje refinado cambia a uno muy brusco que yo misma he provocado.

-Lo que diga el rey estoy dispuesta hacer, sólo respóndeme algo papá-
Una sonrisa de satisfacción y de triunfo se dibuja en su rostro, incluso aunque yo me este quebrando y muriendo poco a poco por dentro. -Yo quiero saber si en algún momento, en algún segundo, te haz sentido mal por lo que me haz hecho-