Me desperté gracias a un irritante ruido en mi ventana, me levanté y fui directo hacia ella para ver que era Matias.
-¿Qué crees que haces tirandole piedras a mi ventana un domingo a las... ¡4:20 am!?, ¿estas loco acaso?-le reclame bastante enojada.
-calmate Annie, solo no podía dormir.
-y vienes a quitarme el sueño a mi, ¡genial!
-deja tu sarcasmo y abre la ventana
-como piensas subir, es un 3 piso.
-traje una escalera- respondió encojiendose de hombros.
Abrí mi ventana y lo deje pasar, puede que sea demasiado temprano pero adoro estar con Matias, siempre me hace reír y me siento muy feliz a su lado
-¿sabias que llegarán nuevos vecinos?...-dijo sacándome de mis pensamientos.
-para nada... espero que sean agradables
-espero que sean chicas lindas
-cierra la boca idiota
-oye, deja tus celos- idiota, eso es, un idiota completo
-¿Cómo sabes que llegan nuevos vecinos?
-ayer había un camión de mudanza a tres casas de aquí
-oh... bien
Seguimos hablando de cualquier cosa que se nos viniera a la mente hasta que nos dormimos, nos despertó el grito de mi hermano Dylan.
-Annie leva... ¡QUE HACE ESTE EN TU CAMA ANNALIZZ!
-Dylan... deja de gritar, ¡Y NO ME LLAMES ANNALIZZ!, ¡IDIOTA!
-saca a este zuripanto de tu habitación... ahora.- sabía que estaba molesto... estúpidos hermanos mayores-
-Annie creo que ya me voy, vendré por ti más tarde
-largate de una buena vez imbécil
Matias se fue, dejandome con Dylan en mi habitación.
-podrías ser mas amable, ¿sabes? Es mi mejor amigo, deberías tratarlo mejor
-No me nace. Ahora baja que el almuerzo esta listo.
Mi día transcurrió normal, me bañe, cambie y salí a buscar a Matias.
Llegue a su casa y a el le dio la grandiosa idea de ir a conocer a los nuevos vecinos, yo estuve de acuerdo, pues esperaba que fueran de nuestra edad para así tener nuevos amigos.Tocamos el timbre y nos abrió una señora, de cabello mono y unos lindos ojos azules
-Hola- nos sonrió la mujer que no le pondría más de 40
-Hola, mucho gusto yo soy Matias Brown y ella es Annie collins, queremos darle la bienvenida a nuestro vecindario- la mujer sonrió ampliamente.
-pero que lindos, muchas gracias, pero pasen, pasen- dijo abriendo la puerta para que pasáramos- Disculpen el desorden, ya saben, apenas llegamos y no he tenido tiempo de organizar.
-Tranquila señora ....- amm no nos había dicho su nombre
-christina, christina coleman.
- Mamá, podrías llevarme al centro comercial- decía una chica mientras bajaba las escaleras
-linda, ellos son Matias y Annie, nuestros nuevos vecinos.
-Mucho gusto, soy valery- nos dijo... No. Más bien le dijo a Matias. Sonrió ampliamente al igual que Matias
-el gusto es mio- respondió mi amigo bastante enbobado con la chica... y fue desde ese momento en que me arrepentí haber ido a tocar ese timbre.