Hace 3 años mi posición como editor de manga shoujo cambió y me ascendieron a editor en jefe, quien lo diría, yo que hace 4 años trabajaba arduamente para dar reconocimiento a trabajos que vendieran lo suficiente demostrando que no había llegado hasta donde estaba solo por mi apellido, callando a todos aquellos que solo sabían arrojar estupideces de sus bocas.
Tiempo después logré mi cometido y me reincorporé a la sección de literatura dejando a Hatori-san como el nuevo editor en jefe, siempre creía que él era el más ideal para asumir este cargo desde un principio pero Isaka-san me aseguró que yo tenía el potencial indicado para levantar a la sección de romance en esos momentos.
Asumí la "responsabilidad" como el heredero de la compañía de mi familia y tomé la dirección de Onodera Shupan demostrando de lo que Onodera Ritsu era realmente capaz sin necesidad de usar las conexiones de mi padre. Fue como lo había imaginado, no, eso sería limitar la grandeza que experimenté al lograr mi mayor deseo al pararme orgulloso frente a todos aquellos que una vez intentaron pisarme. Era una vida realmente perfecta, deje huella en mi antiguo trabajo de edición en todos los proyectos que trabaje junto a Mutou-sensei y otras mangakas, tanto como cuando fui novato ha cuando fui ascendido a editor en jefe. Hice grandes best-sellers con autores de renombre y también con aquellos que no lo eran iniciando así el ascenso de la carrera de aquellos manuscritos que necesitaban pulirse para sacar todo el potencial como si del brillo de un diamante en bruto se tratase. Sin embargo esa vida no era la que realmente me hacía feliz, a menos no completamente ¿Por qué? Todo se reduce al nombre de una sola persona: Takano Masamune.
¿Por qué? si logré todo lo que me propuse, porque sentía mi vida un tanto vacía y gélida por la falta de aquellos simples toques que hacían que todo mi mundo cayera a su merced, dejando caer hasta la última barrera de todo mi ser, derritiendo hasta el más profundo rincón de mi mente y alma solo para darle total acceso a aquel hombre de inolvidables orbes miel; tan penetrantes pero a la vez tan cálidas; firmes pero a la vez tan frágiles; aquél arrogante jefe que siempre me cargaba de trabajo solo para hacerme crecer sin que yo me diera cuenta, aquel que siempre actuaba tan alto y presuntuoso ante todo con sus duras palabras; aquel que desmoronaba toda esa imagen y dejaba a la vista su frágil yo, mostrando su lado débil para mí; aquel hombre al que siempre perteneció todo lo que soy, tanto mi cuerpo como mi corazón. Jamás se lo entregue a nadie que no fuera él, si no era Masamune, simplemente no era nadie.
El sonido de la puerta siendo golpeada me saco de mis pensamientos al darme cuenta de que tome más tiempo de descanso de lo debido, me sacudí de la cabeza todos esos pensamientos y retomé mi postura.
-Adelante
Una mujer joven de edad entro a la oficina con el uniforme que distingue a las secretarias.-Con su permiso Onodera-san
A pesar de que me casé con Masamune y legalmente soy un "Takano", todos me llaman por mi anterior apellido debido a políticas de la empresa. Hizo una pequeña reverencia y me tendió una carpeta que contenía los proyectos que se estaban llevando a cabo y necesitaban mayor atención.-Aquí está la lista de los proyectos para los autores de la categoría de Usami-sensei, Sumi-sensei entre otros. Tiene una reunión con los de la imprenta al medio día para establecer el número de copias a los volúmenes del autor que hace un mes se está publicando, a las 2:00 de la tarde tiene otra reunión para establecer el diseño y el color de las portadas para los libros que recién acaban de imprimirse. Y por último debe cerrar el contrato con librerías Marimo para incorporar el acuerdo de comercialización.
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Hasta el Final de mis Días
ФанфикHan pasado 3 años desde que Onodera Ritsu se hizo cargo de "Onodera Shupan" y también 3 años desde que se casó con Takano Masamune, alcanzando así la felicidad que desde hace 15 años los nostálgicos han estado anhelando y que por fin alcanzaron. "Si...