Prólogo

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Sábado 18/4/2010

Era sábado por la tarde, las calles estaban vacías, exceptuando a Louis, el amaba salir a caminar los días de lluvia y hasta a veces llegaba a disfrutar el hecho de estar solo. Aunque, de cierto modo, le gustaba la idea de ser independiente, no se creía capaz de estar solo más de un día o medio. Cabe destacar que esa era la razón por la que había decidido dejar sus aburridos archivadores y encargarse de estudiar a sus "pacientes" más de cerca. Zayn, su "demonio infiltrado" era todo lo opuesto a él, muchas veces se preguntaba por qué tenía un amigo como él, pero no se daba cuenta de que era él quien lo mantenía en equilibrio, siempre lo ayudaba a realizar su trabajo acercandolo de forma indirecta a sus pacientes.

Este día no era como los demás, simplemente se sentía diferente, el aire pesaba y algo en el paisaje había cambiado. Louis miraba todo detenidamente, algo estaba mal y no lograba darse cuenta de qué. Ese parque descolorido, que durante su infancia había estado lleno de vida, se veía más triste de lo normal y menos abandonado.

A lo lejos, sentado en una banca, estaba Harry. Louis detuvo su paso al verlo, se alegró, pensó que por fin conocería a alguien con su misma pasión por la lluvia, pero algo le decía que estaba equivocado, la distancia no le permitía ver con claridad a ese sujeto por lo cual consideró abrir su cabeza a múltiples escenas.

Harry se encontraba en un parque que consideraba sumamente deprimente, lo cual le agradaba en estos momentos, ayudaban mucho a su agobio.Miró al frente para contemplar la lluvia y a lo lejos pudo a ver la silueta de un hombre. Su mente, al ver esto, solo formuló una frase "prepárate para correr".

El chico de ojos azules solo comenzó a caminar en dirección a esa banca, sin pensar en que, tal vez, ese desconocido podía ser peligroso. Esa era una de las cosas más admirables de Lou, siempre era positivo, nunca miraba el lado malo de las cosas, eso no le importaba en lo más mínimo. Y este comportamiento era obvio, nunca nadie lo había lastimado, venía de la paz, no existía la maldad en su mundo, pero si provenía de este, algo muy decepcionante.

Cada paso que avanzaba Louis era una lágrima que salía de los ojos de Harry. Estaba congelado, no podía moverse, estaba gritando por dentro. "Corre estúpido, ¿por qué no te mueves?" Repetía una y otra vez, mientras más cerca estaba Louis más rápido latía su corazón.

Pero cuando pudo pararse ya era demasiado tarde. Se sentó nuevamente, rendido, un desconocido estaba frente a él sonriéndole como si fuera un viejo amigo. Cierta paz se apoderó de Harry, simplemente soltó el aire y saludó al chico que, seguramente, se quedaría a hablarle.

-¡Hola! ¿Estás llorando?- Louis se acercó dulcemente a su posible nuevo objetivo.

-N-no- le respondió el chico de ojos verdes secando una lágrima que caía de uno de ellos.

-¿Qué pasó?-Louis se sentó a su lado, un poco extrañado.

-Hum... solo...- intentó de formar una mentira coherente y creíble.-me peleé con mi madre- quiso reír, que absurdo que era, no servía para las mentiras.

-¿Cómo puedo hacer que te sientas mejor?- dijo obviando el hecho de que él chico le había mentido, lo dejaría pasar, de todas formas era útil para estudiarlo más fácilmente.

-Muchas gracias, pero estoy bien- dirigió su mirada al piso y comenzó a jugar con sus manos.

-¿Quieres caminar un rato?- se puso de pie, acomodó su ropa y le tendió una mano a Harry. Este lo miro inseguro, pero luego de unos segundos aceptó y tomó su mano. Y así pasaron horas y horas, caminando bajo la lluvia y hablando sobre sí mismos. Cuando comenzó a anochecer simplemente se separaron y cada uno regresó a su casa.

Louis, al cerrar la puerta, comenzó a pensar en Harry, su cerebro creó una pequeña definición de lo que era Harry destacando todo lo que conoció de él que, aunque era poco, fue suficiente para que Louis sienta curiosidad y la obligación de investigarlo. Decidió que en la mañana siguiente visitaría a su amigo para que lo ayude y también comenzaría a visitar su oficina con más frecuencia ya que ciertas dudas habían aparecido.

Harry también pensó en Louis, comparó su personalidad con la luz. Había cambiado por completo su día y le había brindado su ayuda sin siquiera conocerlo, algo que Harry consideraba admirable. Hasta envidiaba esta virtud que el chico poseía, muy dentro comenzaba a desear ser tan extrovertido y tener tanta confianza como él. Hasta había podido olvidar lo malo de ese día, Louis era como un ángel según el rizado y muy en el fondo deseó que él fuera su ángel.

The destiny of these scars || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora