Somos dos hombres, si queremos tener a un hijo de sangre, necesitaremos un milagro.
Mi desperté lentamente en la noche, no tenía ni idea de que hora podía ser. Con algo de pereza miré el reloj digital situado sobre la mesa de noche que marcaba las 05:00 A.M, y solté un bostezo que intenté silenciar. El cuerpo tibio de mi lado se movió un poco, quizá había molestado en su sueño.
Llevé mi mano a su mejilla, y la acaricié lentamente.
– Lo siento, Karma. – Besé su mejilla con delicadeza, para levantarme sigilosamente. Tenía sed, y mi garganta picaba.
De nuevo aquel pensamiento había dominado mi sueño.
Desde que nos graduamos, solemos reunirnos con nuestros antiguos compañeros para charlar sobre lo que nos ha sucedido desde entonces, muchos ya se han casado, y algunos incluso tienen bebés... Desde que en nuestras quedadas han empezado a aparecer pequeños recién nacidos, a mí me habían entrado ganas enormes de tener uno también. Ya soy mayor de edad, vivo con mi pareja, estamos en una relación estable, incluso hemos planteado el casarnos...
El inconveniente es que ambos somos hombres.
Podemos adoptar, por supuesto. Es más, he considerado verdaderamente esa opción. Pero me haría muchísima ilusión tener un hijo propio, ver los rasgos de su padre y míos en su pequeña carita, observar con detenimiento como va desarrollando su personalidad...
Cuando se lo comenté a Karma, él piensa lo mismo que yo, que siendo ambos varones la cosa estaba complicada. Pero sin embargo, él también quería un hijo conmigo. Aún somos bastante jóvenes todavía, según mi madre deberíamos esperar unos años más, pero yo me siento preparado y suficientemente responsable como para ocuparme de una vida.
Porque asesinar ya no es lo mío, yo quiero dar una vida.
En situaciones así realmente pensaba que debería haber nacido como una chica, como quería mi madre, este problema no se presentaría ahora ante mí.
Concentrando todo en mi cabeza, llegué a la cocina. Rebusqué en los estantes donde guardábamos los vasos para agarrar uno y disponerme a echar agua en él. Bebí, todo normal...
Hasta que una fatiga indescriptible me dominó de pronto, así sin más. Tosí el agua en el fregadero, y me sujeté del mueble mientras por mi barbilla aún caían gotas de la bebida. Tapé mi boca con un de mis manos mientras con la otra aún me sujetaba, el malestar aumentaba y algo se aproximaba de mi estómago hacia arriba...
– ¡Hm...! – Tuve que apartar mi mano, pues de mi boca comencé a expulsar vomito sobre el fregadero recién limpio. ¡No puede ser, justo ayer hice limpieza de la cocina!
Cuando sentí que la cosa se calmó, tomé una servilleta para limpiar mi boca manchada de restos cuando...
La segunda ronda dio comienzo. Otra vez la sensación de que algo se aproximaba desde mi vientre llegó, y esta vez tapando mi boca y corriendo hacia el baño conseguí vomitar en un lugar donde podría ensuciar menos.
– ¿Nagisa? – Escuché la voz de Karma salir de nuestra habitación. Debían haberle despertado mis arcadas, incluso siendo él de un sueño profundo.
Quise contestar pero mi cuerpo parecía no querer dejar nada de nada dentro de mi estómago.
– ¡Nagisa! – Esta vez su voz alarmada se escuchaba más cerca, y es que, cuando me giré un poco pude verle en la puerta del cuarto de baño. Me limpié otra vez la boca y tiré de la cadena para que el vomito se fuese, aunque el olor me delataba completamente.
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[Ansatsu Kyoshitsu] Nuestro pequeño milagro {Karma x Nagisa}
Fanfiction[Romance] [BL: Pareja homosexual ¡ALERTA DE M-PREG!] [Narrado en primera persona] Esta pequeña historia transcurre varios años después de que la famosa clase de asesinato terminase. Mostrará a un Karma y a un Nagisa como pareja y viviendo juntos. De...