No pases

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Elena estaba muy aburrida. Creo que ese fue el motivo de que se metiera en chatroulette mientras sus padres estaban cenando en un restaurante. Simplemente para matar el tiempo. Pero aún así, estaba rezando para que ya tuviera sueño y se fuera a dormir. Pero por el momento, no se le cerraban los ojos. Lo único que encontraba en chatroulette era gente de otros países, por lo que no les entendía. Cuando estaba a punto de cerrar el ordenador, encontró a un hombre español. Cuál fue su sorpresa, que el hombre escribió a la velocidad de la luz: "No pases". Elena se extrañó, pero le hizo gracia el asunto, así que, para fastidiarle, le iba a dar a "pasar", pero el hombre volvió a reaccionar: "Como le des a pasar..." Elena se seguía partiendo y el hombre volvió a escribir: "Como le des a pasar te mato literalmente" Elena no pudo aguantarlo más. Se rió tan fuerte, que tenía miedo de que los vecinos la regañaran. Pero el hombre se fue a un lado, y se pudo distinguir a una mujer muerta, con lo que parecía un corte alargado en el cuello y sangre por todo el cuerpo. Elena gritó, y el hombre sacó un cuchillo ensangrentado de lo que parecía una maleta. Elena se puso en posición de salir corriendo, pero el hombre empezó a hablar:
-Como te muevas, pases a otro chatroulette o hagas un movimiento brusco, morirás como esta chica. Sé tu dirección, y estoy muy cerca de ti, así que no podrás escapar. Si no te lo crees espera un momento... Ya está.
Elena acababa de recibir un email, de toda su casa.
-Pero... ¿cómo sabes mi email y mi dirección?- dijo Elena sollozando y muerta del miedo.
El hombre solo sonrió.
-Soy hacker niña, toda esta información me la sé desde que nos encontramos virtualmente . Por cierto, no intentes llamar por el fijo, he dejado la línea cortada.
Entonces, Elena se acordó. El móvil lo tenía en el suelo, tenía que intentarlo. Con el pie, alcanzó el móvil y, con grandes esfuerzos, consiguió cogerlo con la mano.
¿Qué haces?- dijo el hacker, algo mosqueado.
-Nada- se apresuró a decir Elena. Pero esto la delató, así que, cuando se disponía a llamar a la policía, se oyó un pitido, que no dejaba llamar.
¿Te piensas que soy tonto?-se rió el hacker- Ahora por idiota, no puedes llamar a nadie, ¡estás atrapada!
Entonces, Elena se puso de nuevo a llorar.
-¿Por qué me haces esto? No he hecho nada a nadie, ¡solo soy una niña! Por favor, déjame en paz, por favor.
Después de medio minuto de silencio, el hombre actuó:
-Lo siento, pero eso no va ser posible- dijo con una sonrisa maliciosa.
Entonces, en un acto de valentía, Elena cerró el chatroulette y todo el ordenador y se fue hacia el teléfono fijo, pero, como dijo el hacker, se oía un pitido, y por lo tanto, no se podía llamar. Por lo que se fue hacia la puerta, pero cuando la abrió, se encontró al hombre. Del susto que se dio, no pudo ni reaccionar.
-¿No te dije que estaba muy cerca de ti?-dijo, y acto seguido, la apuñaló varias veces, cayendo al suelo, muerta. El hombre se quedó unos cuantos segundos viendo esa escena, pero, después de eso, cerró la puerta y se marchó.

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