Cap. 3

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Pasaron minutos hasta que nos separamos por falta de aire, sentí las ruedas de un auto acercándose a la entrada.

 Eran mis padres que volvían del trabajo.

 -¡mierda! Mi viejos, siéntate en el sillón, después de todo ellos creen que somos solo amigos 

PoV Deiak: 

¿Cree que somos más que solo amigos? ¿Acaso somos algo más? Me extrañó y él se dio cuenta por mi muy notable cara de confusión.

 Estaba a punto de decir algo pero se escuchó una llave en la cerradura de la puerta, ambos nos sentamos en el sillón y empezamos una conversación improvisada sobre el maldito oral de biología, en el cual, me había ido mal.

 Sus padres entraron a la casa casi tambaleándose de un lado a otro por el cansancio, pasaron de nosotros y fueron directamente a la segunda planta de la casa donde estaban las habitaciones. 

Se me hizo extraño que Mariel, la madre de Cheis, estuviese más cansada de lo usual, ya que siempre llegaba con buen ánimo y nos saludaba. Pero esta vez se le veía más decaída, con ojeras bajo sus ojos e indiferente a casi todo ¿Qué le estará pasando?.

  Me acerqué a Cheis y le pregunte si no sería mejor ir a su cuarto, este simplemente asintió. Tardó un par de segundos en incorporarse y empezar a caminar, definitivamente todos en esta casa estaban más diferentes de lo usual, o podría ser que hace mucho no venía.

 Entramos, pasé yo primero y me pare frente a su escritorio, desordenado y lleno de papeles. Escúche la puerta cerrarse detrás mío y me volteé de golpe por el estruendo de esta. Él estaba parado allí mirándome fijamente a los ojos, en cuestión de segundos atravesó la habitación de tan solo 3 zancadas inesperadamente y me empujo contra la pared causando que me golpear la espalda, pero o me importo, me besaba con lujuria y deseo, tenía mis dos manos en un férreo agarre.

 Lo separé para recuperar aire, pero lo pare antes de que prosiguiera. 

PoV Cheis:

 -no empecemos algo que no podremos terminar- dijo con una expresión que no pude leer.

 Sus simple facciones me parecían perfectas y su tallado cuerpo una escultura esculpida a mano. (¿Muy poético? Bue, yo hago lo que quiero, es mi historia) Soltó sus manos de mi agarre y salió por la puerta dejándome estupefacto por sus últimas palabras ¿a qué se refería? 

 -no te hagas el tonto Cheis, sabes bien a que se refiere - me reprocho mi conciencia, pero tenía razón, en verdad si lo sabía, sabía que me hablaba de esta "relación".

 Obviamente ambos sentimos algo por el otro, pero no podemos hacer nada, solo destruiremos nuestra amistad, aunque creo que no hay mucho que hacer, ya que lo que ambos sentimos no es algo que podamos olvidar de un momento otro o al menos yo no. Seguramente yo no signifique nada para él, simplemente soy como un juguete más para mi mujeriego amigo

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¡HOLA! ¿Qué tul? ¿Gustó? ¿Una mierda? (no sean tan crueles)

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pd: en multimedia Deiak

Tu Sonrisa Me ConvencióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora