Encogida en este minúsculo armario, asustada e indecisa, sin atreverme casi a respirar. Hace horas que no escucho nada pero no me atrevo a abandonar mi refugio y sé que es absurdo pensarlo, están por todos lados y es probable que sea la próxima en caer, aunque a decir verdad ya no me importa, después de todo lo que he visto, creo que sería lo mejor. Oigo un ruido cerca, como arrastrar de pies, y mi vello se eriza. Si pudiese volver atrás en el tiempo solo pediría haber comido de aquella carne antes que nadie, para no encontrarme en esta situación.
¿Y si es él quien viene a por mí, y si todavía le queda algo de humanidad y antes de ejecutarme recuerda lo que tuvimos?, soy idiota, tener una idea romántica en pleno apocalipsis zombie. Ni en las películas malas de serie b de Halloween, podrían haber inventado algo tan dramático. Cuerpos seducidos por la sed de carne, descomponiéndose mientras caminan, almas abandonadas en las cunetas, desprendiendo pus por todos los poros de sus cuerpos.
El olor del ambiente asfixiante. Ya no hay recursos para poder subsistir los pocos que quedamos. Somos nuestros peores enemigos. He visto matar por una botella de agua, así que sí, creo que lo mejor sería dejarme atrapar y que suceda, unirme a esa marea de carne en movimiento que busca saciar su sed de vísceras.
Mañana no sé si amaneceré pensando en todo lo que ya no está. Mañana es una palabra lejana para los que intentamos sobrevivir en un planeta arrasado y sin remedio.
Mañana, quizá ya no exista y todo habrá acabado.
FIN.
©Inma Cerezo.
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Sin mañana
Science Fiction¿Qué harías si supieses que la libertad ya no es una elección? Descubre en este relato qué hay después de un día Sin Mañana...