Prólogo

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El boxeo siempre fue parte de mi. Por más que para la mayor parte de las chicas, era un deporte para hombres, mi pensamiento no era igual. ¿Por qué las mujeres no pueden hacer lo que los hombres si?

Iba al Club Central Norte era más que perfecto. Por desgracia este cerró por cuestiones económicas y para no dejar de hacer lo que amo decidí ir a otro. El Lincoln Fight, aunque era un poco mas lejano, superaba mis expectativas. Practicaba lunes, miércoles y viernes; tenía cierta prioridad porque el dueño de mi club anterior le habló más que bien de mi al director de mi nuevo lugar de entrenamiento. Todo era perfecto. Hasta que lo conocí.

Desde que lo vi note que era diferente, cautivador, que me haría la vida imposible con tan solo ver como me miraba.

De lo único que estoy segura es de que mi vida y mi corazón jamás volverán a ser los mismos, no después de que Scott North irrumpiera en ellos.

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