Enseñanza

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Empezaba un día tranquilo en la casa, de echo demasiado para ser exactos.

Una noche antes , habían salido corriendo desde su habitación a causa del llanto de Christine, cuando llegaron donde se encontraba descubrieron que estaba acariciando al perro que desde hace unos años tenían, descifrando que éste había fallecido.

-Papá...- había empezado a decir, pero debido al llanto ya no dijo nada más, solo corrió a abrazar a sus padres pues se sentía muy triste.

Booth se llevó cargando a la pequeña a su habitación, dándole una breve explicación de lo ocurrido. Brennan se quedó para sacar el cuerpo al patio en donde lo enterrarían.

Después de levantarse fueron directo afuera para empezar el funeral del canino. Christine caminaba con alguna que otra lágrima cayéndole por la mejilla, Brennan cargaba a su pequeño hijo y Booth se disponía a hacer el hueco donde descansaría el guardián de la casa. Una vez enterrado el perro, todos quedaron en silencio, Temperance estaba un poco inquieta. No soportaba ver a su pequeña llorando y menos por la muerte de una mascota, ella tenía la filosofía de que los animales que nos acompañan en nuestra vida se merecen un buen trato y personas que los quieran, no como había tenido el desagrado de ver a muchos animales y mascotas siendo maltratados.

-No llores, sé que duele perder a una mascota, pero piensa que está en un lugar mejor. Había una antigua caricatura antes que se llamaba "Todos los perros van al cielo" solía verla de pequeño- Booth trataba de consolarla, pues también pasó por momentos así de niño.

-No creo que haya un cielo de perros, papá.

-¿Por qué no? Sabes que todos los que se portan bien merecen ir allá arriba.

-Pero nuestro Junior no fue muy bueno. Recuerda que hacía travesuras.

-A lo que me refiero es que era bueno en el sentido que protegía la casa y a nosotros.

-No los cuidaba a ti y a mami cuando iban a trabajar- a la pequeña se le dificultaba un poco hablar por el llanto que amenazaba con envolverla de nuevo.

Esta vez, su mamá intervino.

-En la Mitologia Azteca se creía que los Xoloitzcuintles acompañaban a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlan o el inframundo, por lo que eran sacrificados y enterrados junto con los muertos a los que debían guiar. Hay leyendas que hablan de que el dios Xolotl le dio el xoloitzcuintle como regalo al Hombre, habiéndolo fabricado de una astilla del Hueso de la vida, el hueso del que toda vida fue creada. Es una historia muy bonita claro, sólo que como una leyenda tiene algunos elementos que podrían no ser verdaderos...

-Bones...- Booth le hacía una cara diciéndole que aquello era un poco irrelevante en esos momentos.

-¿Qué es un Xoloitzcuintle?

-Mira nena, mejor olvídalo.

-Es un perro originario de México, se tienen datos arqueológicos que aseguran existían ya en la época antes de la llegada de los españoles.

-Creo que ya no hay que entrar en el tema, ¿verdad?- volteaba a ver a su esposa para que aceptara el trato, ella estaba en desacuerdo.

-Y los perros los ayudaban a cruzar al otro lado, entonces ellos cuando se mueren siguen siendo guardianes, mi perro sigue siendo un amigo fiel, por eso se fue, ¿no papi? Para cumplir su misión, creo que es algo muy bonito y espero que así lo haga

-Así es, mi vida.

-Es ciertamente una leyenda, un legado cultu...- pero ya no alcanzó a terminar la frase, pues vio que la abrazaba y el llanto ya se había ido. Fue suficiente para ella.

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⏰ Última actualización: Nov 01, 2015 ⏰

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