Capítulo 2

2.9K 54 11
                                    

Llevaban horas viajando, el día estaba hermoso, una temperatura agradable, el sol iluminaba el camino de una manera única, el pasto crecido igual que las flores y árboles frutales a los lados de los caminos. El aire fresco habían parado a comer dos veces. a lo largo del día. Hasta que se hizo de noche.

Señorita , señorita. Era el señor Wood el tocando la puerta del carruaje

Ella inmediatamente, abrió la ventanita

- si dígame?

- señorita si no le molesta me gustaría descansar un rato. Me encuentro muy cansado, se me cierran los ojos de sueño

- Sí, no se preocupe, descanse un rato, el viaje ha sido muy largo.

- nos queda aun la mitad del camino señorita, pero solo serán unas horas de descanso.

Pasaron lo horas, y Ana se había quedado dormida, hasta que sintió un ruido . Como un golpe y luego pasaron a ser muchas voces. Se asusto tanto, que no sabía que hacer desesperada, trabo la puerta , ya que notaba que solo abrían la que estaba a su derecha, e inmediatamente paso a la puerta izquierda

Salió por la otra puerta, con suavidad y cerro justo cuando abrieron. Pensó que lo único bueno del día fue haberse decido por unos zapatos bajos sin tacón. Alzo el vestido y camino hacia unos matorrales en dirección al bosque.

Esta vacio escucho

Lo que no sabía Ana, era que era observada por un hombre rubio de ojos tan azules que se quedo pasmado por la belleza y sensualidad e la muchacha. Se veía joven y hermosa con ese vestido rosado. Dejaría que pensara que estaba libre , pero ver como sus hombres y su amigo Carl no habían podido atrapar a la joven lo hizo sonreír. la siguió sigilosamente y vio que se escondía detrás de un árbol, agitada y nerviosa.

Ana estaba tan nerviosa que temblaba, que hacían aquellos forajidos, que pasaría con el señor Wood. Cerro sus ojos y rezo. De repente sintió unos pasos. y abrió sus ojos, miro hacia todos lados pero no veía nada. Marcus, estaba al otro lado del árbol sonriendo. Ella camino con cuidado en dirección contraria al carruaje, hasta que fue demasiado tarde sintió que alguien tomaba de su cintura. alguien fuerte y grande.

- Auxilio , soltadme , por favor os pido que me suelte

Aquella bestia la estaba inmovilizando, sin duda era un hombre, debía ser un sucio cerdo. Pero podía notar que era un cuerpo firme y mucho más alto que ella quien la tenia atrapada. Escucho una risa tan masculina, que se le erizo la piel.

- Que cintura tan pequeña tienes, dijo una voz ronca dejando un beso en su cuello.

la dio vuelta y ella iba a protestar pero no pudo emitir ningún sonido. Su boca quedo abierta, sin poder mencionar alguna palabra. Aquel hombre, aquel hombre era muy atractivo, le sonreía como un felino, su rostro estaba perfectamente esculpido y aquellos ojos que la miraban como un animal hambriento, tan azules. Su nariz recta. Era hermoso, si totalmente hermoso, su piel dorada y su cuerpo escultural, ancho de hombros, con una polera apretada. Esos eran los pensamientos de ella.

Aprisiono mas la cintura de ella. Ella sentía que no podía respirar, sintió una electricidad corriendo por su cuerpo y como su corazón latía desbocadamente.

No podía creer la hermosa criatura que había encontrado, si era una ninfa, era preciosa , con muchísimas curvas, como quería verla desnuda en esos momentos, esa piel hermosa y esos ojos verdes que lo observaban entre una mezcla de sorpresa, deseo y miedo le encantaba, esa boca estaba hecha para besar, su pequeña nariz, su rostro ovalado, sus mejillas rojas y sus altos pómulos, inmediatamente ,aprisiono sus dos manos.

Dulce CautivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora