~Actualización: corrección de errores y ligeras modificaciones a la historia .
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—Por eso voy, vamos...
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Hace ya dos años que Gin desapareció, ahora asisto a tercer año de preparatoria. Están por empezar las vacaciones de verano, hace unos años cómo las esperaba con tanta emoción y ansias, quería que todo el año fuera verano y, ahora, esta estación no hacía más que lastimarme, todos esos recuerdos volvían a mi pecho...sufría.
Será el segundo verano que pase sola, aunque sigo quedándome en la casa de mi tío, y cuento con su compañía y la de mi familia, me siento muy sola; siento un vacío que crece y crece dentro de mi corazón, no puedo, simplemente no puedo olvidarlo; extraño aquellos días en que caminábamos por la Montaña de Dios, jugábamos, platicábamos y nos divertíamos juntos.
A pesar de que finalmente pude abrazarlo, a veces desearía el no haberlo hecho, el que nunca me hubiera invitado a ese festival, el nunca haberme extraviado en ese bosque, es más, el NUNCA HABERLO CONOCIDO, pero ES IMPOSIBLE, cada vez que pienso en esto, pareciera que más me aferro a esos recuerdos.
Para mi, este sentimiento es imposible de olvidar, aunque conozca a más personas y el tiempo pase, lo seguiré amando, sin importarme el que ya no este más aquí.
Aunque ya no poseo un motivo para ir a aquella montaña, todos los días del eterno verano pasado fui, llegaba al lugar donde siempre nos reuníamos y al subir los escalones, me colocaba su máscara ahora mía. Aquella máscara, aunque pareciera simple y poca cosa, por más insignificante que fuera, no lo era para mi; era, es y será el objeto que más valore y atesore. La he cuidado muy bien, pero no soporto verla o tenerla ante mi por mucho tiempo; trato de controlarme, pero las lágrimas surgen de la nada y son costosas de detener. Muchas veces ya mi madre, en intentos fallidos, ha querido desecharla ya que dice "no tienes por qué guardar una cosa tan vieja y desgastada, mejor te compraré una nueva", pero al oír eso siempre me lleno de una extraña mezcla entre tristeza y enojo, tal vez impotencia, porque aunque no soporte tenerla a la vista, quiero conservarla ya que es el único recuerdo material que tengo de él. Aún siento su calidez al ponérmela, a veces puedo percibir su dulce aroma y su tierna mirada...creo que algo anda seriamente mal en mí.
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Recorría el largo camino mientras observaba el bosque, me traía tanta nostalgia. Por más doloroso que ese paseo fuera para mí, lo realizaba a diario; se volvió parte de mi rutina durante mis pasadas estancias.
Estos días de vacaciones no serán la excepción.
A lo lejos escucho el sonido de la campana de salida pero no hago caso, seguía sumergida en mis recuerdos y pensamientos.
—Hotaru, ¡Hey! ¡Hotaru!
—¿Eh?
—Será mejor que vayas a casa, las clases ya terminaron.
No escuché por completo lo que me decía,seguramente se trataba de algún compañero o un profesor, así que tuve que salir de mi ensimismamiento, sólo tomé mis cosas y me marché sin decir ni una palabra, volviendo a sumergirme en mis recuerdos.
Caminaba totalmente distraída rumbo a casa hasta que choqué con alguien.
—Hoe, Hotaru, ¿qué te pasa? Quieres puedo acompañarte a tu casa y...
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°•.°•°.Algún Día... •°.°.•° [~Hotarubi no mori e~ OS]
FanfictionTras 2 años de visitas vacacionales, Hotaru vuelve una vez más a la Montaña de Dios con su amor y anhelos en una mano, y una extraña máscara en la otra. ¿Los espíritus serán capaces de reunirlos de nuevo? Cruzando miradas, sientes que nada ha cambia...