twenty strangers • one shot

Parte Única

La habitación era de un tamaño decente. Un estudio completo, con ladrillos expuestos y un suelo de madera que había visto días mejores.

Dos ventanas enormes llenaban la mayor parte de una de las paredes, que daba a la calle, dejando la luz natural llenar la habitación. De todas formas estaba nublado, así que las ventanas no eran realmente necesarias de todos modos. Un pequeño revoltijo de muebles destartalados estaban colocados en una esquina de la habitación. Un viejo sofá de cuero y una silla que tenía una muesca en el asiento por algunos traseros que habían estado sentados en ella.

La habitación en sí tenía un ambiente vanguardista a pesar de la edad de los edificios. Probablemente porque estaba situado justo en el borde de Boxpark, que era considerado como la parte más de moda de Shoreditch. Súper artístico y lleno de ropa "vintage" de segunda mano y tiendas de discos. Así el estudio encajaba como un guante. Tenía carácter, casi como si tuviera vida propia.

Harry se asomó por el grueso marco de una de las ventanas, observaba a la gente a través del cristal. Había llegado como treinta minutos antes, té de Starbucks en una mano, e información sobre dónde debía de ir en otra. No tenía una mínima idea acerca de lo que él tenía que supuestamente hacer allí o, más importante, de cómo debía ir vestido. Dado que la información que había recibido era muy, muy vaga, solo un mensaje de uno de los amigos de su ex el cual tan solo había visto contadas veces en barbacoas de veranos y fiestas en azoteas, pero nunca había hablado mucho más que eso. Así que fue mucho más que una pequeña sorpresa cuando Zayn contactó con él. Pero Harry siempre estaba dispuesto a hacer un favor. Y eso era lo que le habían pedido.

Buscando en el bolsillo trasero de sus vaqueros negros que realmente necesitaban un lavado, Harry sacó su teléfono móvil solo para ver si tenía algún nuevo mensaje de Zayn. Quizás había llegado tarde o quizás le había dado a Harry la dirección equivocada.

De cualquier manera, él estaba teniendo problemas intentando calmar sus nervios. Intentando no pensar que quizás Zayn no necesitaba realmente su ayuda y tan solo estaba riéndose de él. Lo que era ridículo porque Zayn realmente no parecía ese tipo de persona.

Estaba considerando quizás enviarle un "¿Dónde estás?". Pero antes de que si quiera escribir algún tipo de frase, el gran ascensor que le metió en aquella habitación empezó a hacer ruido. Harry se sobresaltó dado que ya se había acostumbrado a aquel silencio en esa habitación y al sonido de su propia respiración.

Deslizó su teléfono de nuevo en el bolsillo y enderezó su camisa un poco, en un intento de estar presentable. Había ido un poco informal ya que Zayn no le había dicho nada acerca de ir en algún tipo de traje despampanante. Lo que era bueno porque la última vez que llevó un traje de chaqueta fue en la boda de su madre y su padrastro Robin. Y era alquilado, por lo que realmente el no poseía de uno.

Pero cuando se miró a sí mismo en el espejo del cuarto de baño de su apartamento compartido, pensó que se veía realmente bien. Sus compañeros de piso Niall y Liam le habían ayudado a elegir algo antes de que ellos fuesen a trabajar, y antes de que él fuese a hacer lo que fuese que Zayn necesitase que hiciese. Solo una camisa rojo intenso de tela escocesa con botones. Pero a Harry no le gustaba la sensación de sentirse ahogado, por lo que mantenía la mayoría de los botones desabrochados, a pesar del frío de la mañana.

Además, él siempre recibe algún cumplido cada vez que la gente mira a su tatuaje del pecho. Claro que tenía sus brazos llenos de tinta, pero su tatuaje del pecho era su cosa favorita de mostrar. Dos golondrinas justo debajo de sus clavículas. Le dolió como el infierno al hacérselos, pero una vez sanó fueron perfectos.

Su madre nunca aceptó su perpetua tendencia a obtener constantemente tatuajes. Pero al menos él no se drogaba, quemaba cosas o se convertía en un cleptómano. Ella debería de estar orgullosa de la manera tan buena en la que crio a su hijo.