Mi nombre es Alice Mcallister, tengo 17 años y soy de Los Angeles, California , desde niña me eh interesado por la música, cuando tenía 12 años tome lecciones de guitarra y conforme pasaron los años me fui desarrollando, actualmente estoy en la escuela de música Mozart de SF, a mí madre no le agrada mucho la idea de que estudie música pero eso es lo que me gusta, lo que me apasiona, lo que me hace levantarme cada día y vivir la vida como si fuera el último día.
Hace un mes que me mudé a San Francisco con mi madre por motivos económicos, la verdad es que no podíamos seguir pagando el departamento que teníamos, la tía Hellen nos ayudó y nos ofreció alojamiento en su casa mientras conseguíamos algún otro lugar donde vivir, mi madre me había contado que cuando ella quedó embarazada de mí y mis abuelos la echaron, la tia Hellen la ayudo y le rento un departamento, sinceramente es una persona que aprecio mucho, me ah estado pagando lo que debo en la escuela musical y es algo que le agradeceré siempre.
Me gusta SF pero extraño a mis amigos, a mis maestros, más a Austin y Jennifer, mis mejores amigos desde el jardín de niños, prácticamente son como mis hermanos; La semana pasada Jennifer me escribió una carta diciendo que en la preparatoria habían echo un tipo baile de graduación, (el cual obviamente me perdí), el caso que la carta decía que Jennifer no sabía con quién ir e invitó a Austin ya que no conocía a nadie más, y las chicas tenían que invitar a los chicos, lo cual fue raro, finalmente me dijo que la pasaron muy bien, y me alegre por ella ya que hacía mucho que no salía a eventos como ese.
Termine de leer la carta que Jennifer me había enviado y no me dediqué a perder mi tiempo, me puse a repasar varias canciones que me habían dejado que estudiará en la escuela musical, pasaron dos horas y ya que por fin pude grabármelas mi madre me llamo para cenar.
-Alice! Escuche como el grito de mi madre se oía hasta arriba de la habitación.
-¿Qué pasa mamá? dije estresada.
-Baja a cenar.
Decidí bajar a cenar y en toda la cena no dirigí palabra alguna con mi madre, ella y yo no éramos así ¿Qué habrá pasado?
Ni puta idea.Me retire de la mesa y subí a mi habitación para irme a dormir, ya que mañana tendría un día bastante ocupado.