V e i n t i u n o

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Gumi estaba nerviosa, le sudaban las manos y se peinaba el flequillo una y otra vez. "¿Que le digo?, ¿deberé de regalarle algo?" Pensaba.

Tocaron la campana y casi salta de su asiento, se sentía nerviosa y emocionada a la vez.

Por otro lado Rin estaba calmada, se sentía bien y segura con sigo misma y todo gracias a Gumi, desde la muerte de Len ya nadie podía sacarle una sonrisa escepto las notas de la peli verde.

Rin decidió quedarse un rato en su aula, para darle tiempo a Gumi de llegar antes que ella y así no toparse en el pasillo. Pero no contaba con el hecho de que se quedaría dormida.

- Creo que se arrepintió de venir.- susurro la peli verde al aire.- No importa.- sollozo.- de todis modos tenía que estudiar.

Con los puños apretados y las lágrimas escurriendo por aún rostro se dirigió a su aula en busca de su mochila.

Su aula era la 1-E y la de Rin la 1- B por lo que al pasar por la puerta del aula B sintió como de golpe se abría dejando ver a una despeinada y adormilada Rin.

- Demonios.- dijo al ver a Gumi.- ¿Te hice llorar?, lo siento... me he quedado dormida.

Gumi se quedo estática mirando el rostro de Rin.

- ¿T-te has quedado para hablar?.- pregunto Gumi tímidamente.

- Si.- dijo Rin.- después de todo nunca lo hemos hecho.

Rin sonrió y Gumi sentia que el mundo se le derrretia, se veía simolente perfecta.

- Solamente tu...- susurro Gumi.- solamente tu has logrado enamorarme a tal grado ojos bonitos.

Gumi se secó las lágrimas y sonrió como pudo, mientras que Rin se sonrojaba.

- Siempre quice escucharte decir eso.

- ¿Y sabe sque más?.- dijo Gumi tomando la mano de Rin, guiandola a su pecho, colocandola justo donde está el corazón.

- ¿Que?.- pregunto con voz suave.

- Solamente tu haces latir mi corazón de esta manera.

Rin sintió mil emociones en ese mínimo instante. Abrazo a Gumi de tal manera que la peli verde no supo como reaccionar.

- Tu me sacaste del avismo.- dijo la rubia.- ese mes en el que no estuve... mi hermano, Len se suicidó.- comenzó a llorar.- todo ese tiemo caí en depresión, no salía de mi casa y lloraba todo el día, hasta que recorde y releí tus notas. Me hiciste sonreír y salir del agujero en el que estaba metida.

Gumi apretó más contra sí a la pequeña rubia.

- Gumi...

- ¿Sabes por que te digo ojos bonitos?

- No...

- Porque dicen que los ojos son las ventanas del alma, y yo siempre soñé con ser parte de ella, de poder estar contigo en cuerpo y alma.

Gumi bajo la vista para sonreirle a la pequeña, pero ella se adelantó y le beso.
Fue un beso dulce, lento y pausado, queriendo demostrar con ese beso todo lo que sentían la una por la otra.








Solamente tu ||Rumi||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora