-¡Mierda!-maldije por lo bajo cuando él escandaloso ruido de un teléfono me hizo derramarme él té encima.
Corrí afligida y malhumorada hacia él maldito aparato y lo conteste:
-¿Que?-pregunte bruscamente.
-¿Rebecca,estas bien?-escuche la voz de mi madre a través del teléfono por enecima vez-¿que te ha pasado?
-¡Mamá!.
-¡¿Que?!-pregunto asustada.
-Dijiste que era la ultima ves que me llamabas hoy desde él auto.Mi madre,Beatríz, tiene una especie de problema con dejarme sola en casa;es como si ella sintiera que debido a mi "inmadurez",a mi curiosidad y a una mezcla de más cosas que me integran,fuera a pasar algo malo.Por eso se encuentra llamándome en cada semáforo que pasa.
-Si,lo se y te pido perdón,pero es que siento que algo malo va a pasarte.
-Siempre sientes eso-le escuché decir a mi hermana menor:Angélica,quien también va en él auto con destino a no se donde.
-¡Angélica!-le grite al teléfono para que me escuchara.
-¿Que se le ofrece my lady?-escuche que me respondía en tono burlón entre las quejas de dolor de mi madre:probablemente le estaba sangrando él tímpano del grito que pegué.
-Hazme él favor de quitarle él celular a nuestra preocupada madre ¿quieres? No vaya a ser que tengan un accidente de tránsito.
-A sus ordenes.Mamá,ya escuchaste a la jefa:nada de celulares hasta pisar tierra firme.
-Pero...
-¡Las amo!-interrumpí la queja de mi madre y corte la llamada.
Volví a la cocina, pensando en que se convertiría mi vida si las perdiera a alguna de ellas,y lo que es peor:a ambas.
Yo ya había perdido a mi padre a una muy temprana edad ;para mi y para él, puesto que el medico forense había constatado que la causa de su muerte había sido un ataque al corazón. Mi abuela-la madre de mi madre-,que es cardióloga, me contó una vez que él caso de mi padre era extraño: mi padre no tenia antecedentes médicos que implicaran un mal funcionamiento de su corazón,es más: él era un hombre saludable, sano.La otra cosa inconcordable era que,además de ser un hombre sano,era un hombre relativamente joven y los casos de infartos y fallas cardíacas a su edad eran aislados,muy pocos.
En fin,ya esta muerto: que le des vueltas en la cabeza a lo inconcordante y poco común que fue su caso no te lo va a devolver ¿o si?
Le pegué a mi subconsciente por ser tan brusco y poco delicado a pesar de que yo sabia que,en parte,tenía razón. Pensar en eso no cambiaría en nada mi situación, al menos no para bien:lo único que haría seria echarle un poco más de la sal que era la impotencia de no poder hacer-ni saber nada- a la herida que era haber perdido a mi padre hace 12 años.Una vez ya en la cocina, me senté en la mesada de mármol y observe la noche desde la ventana.En el cielo estaban floreciendo estrellas de inalcanzables pétalos plateados. Era como si me hablaran-como si me gritaran-con su titilar incansable,sobre algo urgente. Maravillada,observe el cielo plagado de estrellas,hasta que con mis ojos detecte una que parecía,de a poco,crecer más y más. La miré como si en eso se me fuera la vida,porque,había algo en esa estrella que no era común:¡se estaba acercando,y muy rápido!
Si no supiera que no fue así,diría que en ese preciso momento había habido un terremoto:todo mi cuerpo temblaba de miedo,pero a la vez no me podía mover por el mismo motivo.
Cuando la estrella fugaz rompió un parte de la cornisa del patio de mi casa,saliendo de mi estupor,atiné a agacharme. Cuando me volví a parar,mareada,volví la vista hacia donde-supuse- el meteorito ,o lo que fuera,había caído. Una parte de la cornisa estaba tirada en el suelo del patio,y este;parcialmente quemado.
En el medio de los,no muchos pero alarmantes, escombros vi una silueta,una sombra,que se erguía y se sacudía el polvo. Cuando pareció percibir mi parecencia se giro,y en cuanto lo hizo mi estupor se intensifico desmesuradamente: aquella sombra poseía ojos,pero no cualquier par de ojos:sino unos que parecían faros color ladrillo,los cuales me miraron tan intensamente,de una forma tan arrasadora e incisiva; que si mi cuerpo fuera material inflamable, yo ya seria cenizas.
Luego de lo que me parecieron minutos,horas,en las que la silueta me miraba con,¿incertidumbre?¿desmesurada sorpresa?, ¿tal vez fascinación?...¿alegría?;luego de todas esas emociones y sentimientos que no pude develar, la sombra se fue,literalmente,volando.
Abatida y con la mente y el cuerpo pesados,mis parpados comenzaron a cerrarse y mis rodillas -nuevamente- a fallar. Lo ultimo que vi antes de,al igual que parte de mi cornisa, derrumbarme en el suelo fue el cielo donde las estrellas,tal vez ofendidas ante mi debilidad,dejaban-una a una- de brillar, como si mi falta de reciedumbre las marchitara.Y en un suspiro de cielo,aquellas flores de platino ya no estaban, y yo, yo volvía a estar sola.