Vacío

73 3 0
                                    

Todas las personas estamos dañadas psicologicamente, unas con rangos más destacados que otras. Pero siempre se encontrará el echo que de alguna manera una parte de nosotros logró quebrarse y nunca más ser igual que antes. Para que entiendas exactamente lo que te estaré hablando, necesitas abrir los ojos. Abrir tu mente a nuevas experiencias y sentimientos, este camino está abierto para aquellos que quieran extaciar o enriquecer su capacidad mental.

Y he acá la historia de Marghó.

Solían decir que las personas aisladas son más dulces, lo que no saben es que cuando esas personas son manipuladas, engañadas y dañadas tanto fisica como mentalmente, pueden llegar a ser una masa moldeable para cualquier escenario que desee el ser que llamamos "humano".

Cuando la sensación de humedad entre mis dedos incrementaba, cada vez se volvía más desagrable. Me encontraba inundada entre la inmensa y mera oscuridad absoluta, rodeada de un aire espeso quitando la mayor parte de mi respiración. Era pesado y agotador, como si mi garganta se cerrara con cada bocanada de aire que hiciera. No sabía el porqué, el como llegué. Solo me encontraba allí entre la nada misma. No lograba reconocerme, era un vacío inexistente entre la nada. Como si alguien me hubiera arrastrado mientras dormía y me hubiera dejado en ese lugar. No tenía voluntad propia sobre mi cuerpo, este se movía sin siquiera pedirlo. No tenia el control sobre el, solo caminaba. Mientras lo hacía visualice a lo lejos un objeto negro que se hacía cada vez más grande, con cada paso que daba en el lugar más incomodidad sentía.
Entre el espeso aire veía como me acerba cada vez más al leve objeto casi irreconocible que estaba a lo lejos. Hasta que al llegar vi que era un espejo completamente negro, era viejo, estaba destrozado y polvoriento. Parecía que llevaba años allí.
Dentro de mi pensé por un momento y fue cuando lo reconocí. Entonces paré en seco con el corazón en mano. Mis ojos estaban abiertos como platos, bajando rápidamente la mirada y en medio de un ataque de ansiedad tome mi pecho muy fuerte. Solo veía él suelo, veía como mis pies desnudos ya empapados por el agua helada se volvian azules, mientras jadeaba con mi mano en pecho.
Aguantando la respiración entre cada bocanada para no terminar cayendo sobre mis rodillas lo sentí, sentí como unos largos dedos y una mano gigante me tomaron del mentón subiendo mi rostro de un solo tirón. Obligandome a ver lo que estaba de frente. Ese espejo demacrado era completamente negro y aún así reflejaba lo que tenía de frente.

Me encontré con el espejo frente a frente, topandome con el reflejo de algo extraño que se encontraba en su interior. La intriga mas fuerte que he sentido en mi vida se presento justo en ese instante, eso hizo que me acercara a el, con un miedo indescriptible.
Y me encontraba frente a el. El reflejo me mostró una inmensa masa negra a mis espaladas, la cual se posó en mis hombros. Ese peso, el frío, el cuerpo extraño pegado a mi lado.
Se sentía como si el infierno estuviera justo en la nuca.

Saque su peso de encima, me zafe de el y corrí como pude, sin mirar atrás lo único que podía hacer era correr. Pero me alcanzó, no pude ante el. Me tiró al piso y en un acto de reflejo tape mis oídos mientras paretaba fuertemente mis ojos.

Respiré fuerte para calmar mis ansiedad y grité:

- ¿QUÉ QUIERES? - con voz quebrada.
- A tí - comentó con voz burlona.

La rabia corría por mis venas y tomando las pocas fuerzas que quedaban me enfrenté ante el.
Al abrir mis ojos me topé el, estaba frente a el, esa cosa era yo. Me ví.
Era una versión más joven de mi, sonriente con sangre en el rostro y ojos llenos de desprecio.

Al momento de estar frente a el justo en ese instante se abalanzó frente a mi, tomandome del cuello apretando fuertemente.

Respiraba con dificultad, sentía como mi rostro se volvía cada vez mas caliente y mi garganta cada vez más estrecha. Mis pulmones ardian en llamas.

- ADULTERA - Gritó mientras lamía mi rostro.
- Perra aquerosa- Río.
- Mezquina JA Solo mirate - Comentó con esa sonrisa asquerosa.
- Muere, "MUERE" - Exclamó fuerte.

Trataba con todas mis fuerzas trabarme de sus garras pero no encontraba la manera de hacerlo, era exasperante. Ya no aguantaba más, cada vez respiraba menos aire. Mis ojos se cerraban lentamente al igual que mi garganta, dejé de escuchar por un momento lo que esa cosa me decía con todo el desprecio.
No aguanté más, me ahogué. Cerré los ojos y..

Desperté.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 23, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MARGHÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora