DEMENTE

PEQUEÑO BASTARDO

¡Cómo te atreves!

No tienes ni idea de lo que pasa, por eso no tienes ningún derecho a decirme nada.

¿De verdad intentas cambiar mi forma de actuar?

No sabes lo que haces.

Deberías meterte en tus asuntos y dejarme en paz.

Ah, ¿no quieres dejarme en paz?

Atente a las consecuencias...

Tal vez deba empezar por cortarte uno a uno todos tus dedos.

Chorreando sangre, formando esos hermosos charcos rojos.

Después haré eso que tanto quieres evitar que haga, haré cortes tan profundos que me servirán de alivio incluso a mí sin lastimar mi piel.

Y a ti voy a dejarte con vida pero estarás tan herido que querrás que acabe con tu vida de una vez, pero sabes que, eso es lo que tú quieres, no lo que yo quiero.

Te haré sufrir día tras día...

Desearás estar muerto en vez de estar viviendo en este infierno que llaman vida.

Y cada día otro corte más y otro y otro, ¡sí!

Sangre, más, ¡dame más!

Se te ve angustiado, que pena... *dice con un tono sarcástico*

Me da igual cómo estés mientras yo me pueda seguir divirtiendo.

Mmm... parece ser que tienes bastante aguante.

Nos lo vamos a pasar muy bien pequeño bastardo.

Lo miraba sin quitarle la vista de encima mientras en su rostro se formaba la sonrisa más perturbadora que jamás había visto nadie. Pobre de ese "pequeño bastardo", no sabía lo que le esperaba...