Veía a Michael andando hacia mí, con esa sonrisa que me hacía temblar. A medida que él se acercaba, la habitación entera se teñía de negro hasta que solo podía verle a él. Cuando estaba a penas a unos metros de mí, de repente levantó su mano y su expresión se inundó de odio. Ahora a pocos centímetros de mí... Lo sentía... Me iba a-
–Pero, ¿estáis viendo esto?
–¿Pero de qué hablas?
–¡Uno aquí intentando ser un samaritano y la gente ni lo aprecia!
–¿A qué viene e-?
Rápidamente su mano bajó hacia mi cara y me la cubrí con los brazos. Se escuchó un golpe pero no sentí nada. Despacio, bajé los brazos y solo vi una regla estampada en el filo de mi mesa. Alzé los ojos lentamente.
–¿Seeeñorita Deer? ¿Otra vez pensando en cosas que no tienen nada que ver con la clase? Porque, si tan importante es como para no atender, ¿se puede saber qué era?
Ese gran hijo de... Era mi profesor. Ya había vuelto a dormirme despierta en clase. Él no le caía bien a nadie, pero a mí me trataba especialmente mal. De alguna manera, su voz era similar a la de Mick. Tan irritante y engreída.
Un compañero se levantó tan fuerte del pupitre que nos hizo a todos mirar hacia donde se sentaba.
–¡¡Los pechugas se están peleando, corred!! ¡¡Ja ja ja!!
Todos fueron corriendo y gritando como niños pequeños a la ventana para ver la pelea. Sí, tenemos todos dieciséis o diecisiete años pero la mayoría actúan como si se tratara de niños pequeños. El profesor se alejó de mi mesa para poner orden. Yo no tenía ningún interés ni ningún morbo en ver algo tan asqueroso, por la simple razón de que cuando experimentas algo malo en tí y se siente... No me hacía ninguna gracia, era algo doloroso. Miré otra vez a mi mesa y después a la puerta. No tenía ni tiempo ni ganas de seguir en esa clase con esa gente. Ni lo iba a hacer. Agarré el boli fuerte y arranqué un pequeño trozo de hoja. Apretando fortísimo el papel y haciendo una letra que casi no se podía leer, escribí:
"llámame nada más s-"
Se me acabó el trozo de papel. Mierda... Los niños ya se estaban calmando y el profesor volvía a la pizarra. Había desperdiciado demasiado tiempo. La adrenalina subía. Mi móvil no funcionaba por lo que tenía que pedirle a mi amiga que me llamara ella al teléfono fijo. Guardé todas las libretas y las cosas de mi mesa de golpe en mi mochila y escribí en la libreta de mi amiga Alex todo de nuevo.
"Llámame al fijo a las 5 urgente."
Ya se daba la vuelta el profesor cuando grité:
–¡Tiene un cuchillo!
Como posesos, los niños volvieron a asomarse gritando y preguntando si era verdad. Por desgracia, él me vio gritando eso y me dirigió una mirada arrugando la cara. Yo sabía perfectamente que significaba y con qué iba a contraatacar después. Se dio la vuelta para volver a poner orden. Agarré la mochila del tirante y salí corriendo como si la misma muerte me persiguiera. Si me ponía un parte no me iba a importar, tenía problemas muchísimo peores.
Por una vez me alegraba tener diecisiete años y no tener que firmar para salir del instituto. Aunque a veces ojalá pudiera volver a ser solo una niña... Todavía quedaba una media hora larga para que tocara la sirena, por lo que me fui a un café cercano, compré algo de beber, esperé y recé por que a mi madre no le hubiese dado la gana ese día de salir a la calle.
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Tú Fuiste Mi Crimen
Romance[ EDIT 2019: ...escribí esto hace unos años... por favor no me odien jaja nuevo wattpad @e-t-h-e-r-e-a-l ] 🌟💄...~::*°Ve con el que te quite el pintalabios, no con el que te borre el rímel°*::~...💄🌟 Las relaciones de conveniencia son demasiado...