Sus ojos siguen cerrados, su estomago ruge y su alma esta vacía. Su cuerpo es un sin fin de complejos, de heridas profundas que un día estaban abiertas, ahora son cicatrices que aun siguen doliendo.
El silencio le invadió y decidió seguir perdida.
Por los días tirada en la cama entre las sabanas soñando con ángeles, por la noche vigilaba la calle como un fantasma, admirando las sonrisas ajenas y añorando los momentos felices.
La gente no se cree que sea ella, la que sonría...
Pero poco a poco una guerra en su cuerpo destruyo todo lo que quedaba. Ahora ella esta muerta.Autoría: Paginas Suicidas.