50. Llamas

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Ambos se paran y Agua exclama:

—¡Dios! ¿Eres un niño? —Se ríe—. ¡Estás hecho un tomate!

—¡¿Niño?! —Fuego grita desconcertado—. ¡No soy ningún niño!

—Sí, niño, niño, niño —lo provoca.

Fuego se pone furioso y las llamas ocultas de su cuerpo comienzan a visualizarse.

—¡No soy ningún niño! —repite.

—¡Cálmate, quemarás el refugio!

Se mira, las apaga, suspira y refuta.

—No soy un niño. —Queda serio.

—Sí, claro, lo que tú digas —dice sarcástica.

Fuego se enoja nuevamente y la empuja contra la pared.

—No, no lo soy. —La mira fijo a sus ojos azules.

Ella se sorprende.

—¡Hey, Fuego! Suéltame. —No puede zafar sus muñecas de las manos de él.

Él baja la vista a sus labios, no deja de mirarlos, los nervios lo invaden y...

Somos elementos (S.E #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora