Cazadores (Supernatural)

Tres 'Vampiro'

Anteriormente...

Acostarte borracha con un hombre que no conoces, que le cortes un poco y le tires agua bendita apenas te despiertas no es algo bueno y que, encima aquel tipo aparezca en tu trabajo cómo un agente de FBI. Y que aún sea más raro que sea un cazador y se apellide Winchester lo torna aún más raro.
Y que ambos se alíen para atrapar a un jodido vampiro junto a un familiar de él quién resulta ser un tipo coqueto y engreído.

Ahora...

-Entonces dices que el vampiro esta con su respectivo nido.-Digo finalizando. Dean asiente y Sam mira a la nada misma pensando en quién sabe que.

-No.-Dice Sam de repente.-Él está solo, no se controla y no tiene alguien que le enseñe cómo alimentarse correctamente. Sus ataques son al azar.

Frunzo el ceño y lo miro. Él me esta mirando también lo cuál hace que tengamos conexión visual.

-Dejen de coquetearse  indirectamente, idiotas. Tenemos que matar a ése hijo de perra.-Dice Dean cortando nuestro momento.

Le sonrío.-Dean-o tranquilizate, atraparemos a ése hijo de perra de una u otra manera.

-¿Cómo lo cazaremos?

-Hagamos una 'Allison'.-Digo, recordándome cómo mamá solía decirle a nuestro plan estratégico, o mejor dicho a mi primer desastre cómo cazadora.

-¿Qué es eso?-Dice Sam.

-Digamos, usarme cómo carnada y fracasar concretamente. Sabemos que el vampiro busca sus víctimas en un bar: el que Sam y yo nos conocimos. Después ingresa a cualquier motel que se encuentre en la zona y finalmente se alimenta de ellos. Lo cuál, soy una carnada fácil.

-Pensaba que las rubias no servían cómo cerebro, pensé que servían únicamente para el sexo.-Dice Dean tomando una cerveza y una sonrisa coqueta.

-Pues, esto demuestra tu idiota teoría de que las rubias no son tontas.-Sonrio, complacida por mi respuesta.-Y tu teoría es totalmente machista, lo cuál no puedo dejar pasar.

-Samuel, te has acostado con una pesada, hermano.-Dice el más bajo pegándole en el brazo a Sam.-Dormiré unas horas y después cazaremos a este chupasangre.

Dean deja su botella en la mesa del motel y se va a la habitación, seguro que debe estar agotado hasta la médula.

-Mmm, creo que también iré a echarme una siesta.-Dice Sam.

-¡Espera!.-Le grito antes de que se vaya.-Quiero que aclaremos unas cosas, y después te dejaré tomar tu siesta.

Sam asiente y tomo una bocanada de aire.-Quería decirte que lamento lo de la mañana, sólo quería prevenir, tú sabes.  Y... uhm, no quiero que estemos incómodos, sé que seguro piensas que lo de anoche fue algo que quieras olvidar y voy a entenderte que quieras que sólo sea algo que nunca recordarás. Pero yo no lo voy a olvidar. Es sólo eso.-Digo sinceramente, mis manos comenzaron a jugar entre ellas cómo siempre suelo hacer. Sam se levanta, levanta mi mentón con sus dedos y toma mis labios desprevenidamente. Cómo un animal con su comida, feroz.

Somos el recuerdo de una noche, que seguirá tomando su cuerda.

Tome su cuello y lo acerqué aún más a mi. Y él cae sobre mi, ambos en el sillón de aquel hotel sucio y viejo.-Eres hermosa.-Dice entre besos. Tomo su labio inferior y lo tiro.

-Al menos esta vez me lo dices sin estar borracho.-Digo con una sonrisa, el sonríe también. Besa mi cuello y deja pequeños besos esparcidos por todo allí.-Por suerte, esta vez recordaré detalladamente todo esto.-Digo agarrando su rostro con suavidad y tomando sus labios con más tranquilidad y dulzura.