Capítulo 2
En la cabeza de Anabel resonaban las palabras "ME QUEDA MUY POCO DE VIDA".
Mientras pasaban los minutos sentía que le caía un balde de agua fría en la cabeza.
Luego sintió un escalofrió de pies a cabeza y el sentimiento del miedo recorrer hasta el último hueso de su cuerpo. Por su cabeza paso todas las cosas que no iba a poder compartir con su madre, la vida sin ella pasó frente a su nariz de un segundo a otro.
Anabel al escuchar el silencio en la habitación regreso a la realidad, ver la expresión de preocupación de su madre no era algo muy lindo, pensó lo que iba a decir y abrió su boca pero ninguna palabra emanaba de ella, no le salían las palabras, no sabía cómo reaccionar a tal noticia.
Saco de los más profundo de su ser la más mínima pizca de fuerza y hablo.
- ¿Qué?- Fue lo único que pudo decir antes de que las lágrimas cubrieran sus ojos y nublaran su vista.
- Se fuerte mi niña – respondió su madre, pasando su brazo detrás de la espalda de su hija para darle un abrazo.
En ese momento Anabel recordó los pétalos de las dalias del jardín de los sueños, que podrían curar cualquier enfermedad, pero había un problema, le tenía que contar a su madre del jardín. Pero y si no le creía, si la tomaba como un loca.
Pero también podía ser que le creyera y así se podía curar. Anabel se separó de su madre y dijo:
- Mamá sé que esto te puede parecer loco pero... - Su madre la interrumpió al levantar la mano y decirle que parara. Ella cerró su boca y espero a que ella hablara.
- Hija, se lo que estás pensando, los pétalos del jardín de los sueños. ¿Verdad?- Anabel al escuchar esas palabras de la boca de su madre, su reacción fue abrir los ojos por la sorpresa. ¿Cómo sabia ella del bosque dorado?
-Pero... - Logro decir Anabel por la sorpresa.
- Si, no eres la única que puede entrar al bosque, yo he vivido desde que tengo memoria en esta casa, antes de que tu nacieras yo era la guardiana del jardín, pero al nacer tú, te di el puesto, ya que era tiempo que alguien más se encargara de cuidar el jardín.- Le dio una pequeña y débil sonrisa y siguió hablando.
- A los siete años cuando descubriste el jardín fui yo quien escondió tu pelota en el agujero del roble.- sonrío una vez y prosiguió.
– Se lo que estás pensando pero, el poder de los pétalos en un guardián o los que hayan sido guardianes, no los podemos ingerir ya que nosotros prometimos cuidarlo y no aprovecharse del poder de estos. Y SI PUDIERA TAMPOCO LO UTILIZARIA- Dijo su madre.
Anabel sabía que era su madre la que había entrado el día anterior al bosque, pero aun así no sabía que hacer no podía usar la magia de los pétalos, eso significaba que ella iba a morir en cualquier momento.
Anabel se despidió diciendo que necesitaba un momento para aclarar las cosas ya que era mucha información requerida en un momento. Se levantó bajo y salió de su casa hacia el jardín trasero.
Necesitaba paz para aclarar su mente y el único lugar donde la encontraba era en el jardín de los sueños.
No le importo que alguien la hubiera visto desaparecer, lo que ella quería era llorar.
Entro al jardín corrió por el sendero en busca del árbol central y se sentó en los pies de el gran árbol.
Agarro sus rodillas y hundió su cabeza entre ellas y lloro.
No supo cuánto tiempo lloro pero al levantar su cabeza se encontró con una pequeña hada que tenía alas de mariposa color azul.
Anabel se sorprendió al ver a la pequeña criatura observándola.
La pequeña criatura se acercó a su rostro y tomo una lagrima que se había escapado del ojo de Anabel, el hada sostuvo la lagrima en sus manos y del rostro del hada cayo una pequeña lagrima, la cual se convino con la lagrima de Anabel.
La dos lágrimas al juntarse se convirtieron en un color azul. El hada se acercó hacia el collar de Anabel lo abrió y depósito el líquido azul dentro y le susurró al oído:
- Dale esto a tu madre. Con una gota bastara. Por tu gran respeto hacia el jardín y al no abusar de los poderes de las pétalos, ya que otra persona en tu lugar no hubiera dejado que una simple regla separa una familia. Conocemos tu gran amor hacia tu madre, y hacia al jardín. Por ese simple hecho el jardín ha querido ayudarte a salvarla. Solo ten cuidado que tu madre no se dé cuenta ya que no querrá tomárselo. – Sin decir nada más el hada se fue volando y al instante desapareció.
Anabel aun asombrada de todo lo que el hada le había dicho. Decidió levantarse e ir donde su madre.
Anabel al salir del Jardín entro en su casa y recordó las palabras de la pequeña hada "Solo ten cuidado que su madre no se dé cuenta".
En ese momento entro a la cocina, tomo una taza, coloco un té y la lleno de agua caliente. Espero un momento que se disolviera el te, se saco la cadena de su cuello tomo el dije y lo abrió y dejo caer sobre la taza una pequeña gota.
Subió a la habitación de sus padres y encontró a su madre en el mismo lugar que en la mañana, se acercó y se sentó de nuevo a la par de su madre. Ella al sentir el movimiento de su cama abrió los ojos.
- Hola mamá. Te prepare un té – Dijo -Su madre le sonrío de vuelta con una débil sonrisa y agarro la taza, tomando todo su contenido.
- Gracias – Dijo su madre
- Bueno te dejare descansar, pero en la mañana deberías de ir a visitar al médico para ver cómo te encuentras.- Su madre asintió con su cabeza a la petición de su hija y le devolvió la taza.
Anabel sabia el resultado de ese examen médico, así que esa noche durmió tranquilamente, agradeciendo al jardín de los sueños la ayuda que le había proporcionado.
Al día siguiente sus padres fueron al médico, mientras Anabel esperaba su regreso visito el jardín de los sueños. Caminando por el sendero acariciando y apreciando cada dalia. Agradeció al precioso jardín por su gran bondad hacia su familia, y prometió que nunca iba a descuidar el jardín ya que que siempre tendría tiempo para él.
Al salir del jardín encontró el auto de sus padres en la entrada de la casa.
Corrió hacia dentro y los encontró sentados en una de los sofás de la sala con una gran sonrisa en el rostro, Anabel a ver sus expresión se le dibujo una gran sonrisa a ella también.
Su madre al verla le dijo:
- No sé cómo paso, pero el examen salió en limpio, no hay ninguna mancha de cáncer.- Su madre sonrío, y Anabel sonrío también pero en su sonrisa escondía algo.
Su madre la conocía tan bien que la miro y le pregunto en un susurro:
- Tú no tienes nada que ver en esto. ¿Verdad?- Anabel se le dibujo una gran sonrisa de oreja a oreja y se encogió de hombros.
Anabel no le respondió a su madre, solo le dio un gran abrazo, y también a su padre celebrando la gran noticia, se dio vuelta y decidió ir a su habitación para contemplar desde su ventana el gran roble, que en su interior tenía un maravilloso y mágico mundo dentro.
The end ....
Si deseas algo con todo el corazón, en este mundo todo cabe en lo posible.
- Daniela Ramirez <3
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El Jardín de Autopia
FantasySinopsis Anabel , es una chica de 16 años y es guardiana de un bosque mágico, con un poder extraordinario. Una situación que requiere romper la mayor regla del bosque. Una lealtad sorprendente de dejar ir a un ser querido . Y una recompensa por su r...