Había una vez un chico común, que hacía karate hace tres meses y todas se derretían por él. Porque ellas eran tan boludas que les gustaban los rubios que hacían karate.
Un día se fue de picnic con un amiga llamada Hanna, y en ese momento apareció un ladrón que quería robar su coca-cola.
Él la quería proteger, ya que hizo karate hace tres meses, pero no contó con que el ladrón iba a soplar.
Solo poseía sus guantes de boxeo. Era arriesgado, lo sabía y eso lo asustaba.
Justo en ese momento cuando el ladrón tomó la coca-cola, José saltó del pasto y quiso tomar de nuevo lo suyo, pero el ladrón sopló y a este lo hizo volar hacia las nubes.
La chica, Hanna, salio corriendo gritándole "Cagón" al chico. Él, lastimado por aquellas palabras, solo se dejo llevar por la brisa.
Mirando el bello mar que se veía desde las nubes, vio una hermosa tabla de surf llamada Milo. Quedó impresionado con tanta belleza. Milo se encontraba sola en medio del mar, pensando en su vida de tabla.
*Multimedia*Entonces, Jose, quiso bajar a las nubes para poder admirar más de cerca la belleza de esa tabla.
Al acercarse, está se transformo en una bella joven. El chico quedó himpaktadoh.
No sabía que hacer, era tan poca cosa para tan hermosa joven. No sabía si decir hola porque eso lo haría quedar como un mogólico. Decirle que era muy bella lo haría quedar como un cursi. Estaba en serios problemas.
Ella al notar su cara, sonrió, y lo abrazo. Se sonrojó. Su belleza era máxima, que no podía resistirla. En ese momento cuando se separaron, ella sin querer suspiro, haciendo que, una vez más, se alzará en aire alejándose de su amada.
Desde ese momento no se sabe a donde fue a parar este chico que enamorado quedó.
Aunque Milo tuvo una hermosa vida volviéndose guitarrista de una banda junto a sus mejores amigas, nunca pudo olvidar a aquella pluma que lo miraba con asombro.
Y es por eso que a los chicos que hacen karate hace tres meses no se les permite ir de picnic, ni que les suspiren, porque podrían terminar como Cocca, la pluma voladora.