Capítulo 3 "Lazos Rotos"

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No dejaba de darle vueltas al asuntó, tenía muchas preguntas pero ni una sola respuesta.
Cansado de la situación y en el estado en el que me encontraba en aquel momento, decidí que era hora de ponerme de pie.

Con la fuerza que me quedaba, me sostuve del lavamanos del baño, estire mis piernas, cada paso que daba era un verdadero dolor, pero eso no impedía la gran curiosidad que tenía.

Caminando por los pasillos de la casa, observaba todo el desorden, cada vez que miraba ese ambiente mi corazón comenzaba a latir fuerte. Tenía curiosidad y mucho miedo.

Al llegar a la sala, un extraño sentimiento de angustia se apodero sobre mi cuerpo, quede completamente inmóvil, mi mirada solo se percataba de una cosa, esa cosa era un cuadro, un regalo de mi parte hacia mi padre por su cumpleaños. Mis recuerdos empezaron a surgir nuevamente.

Era el cumpleaños de mi padre, un día antes coloque el despertador mucho antes de que todos se levantaran, claro yo quería ser el #1 en felicitarlo.

Me desperté antes de que se activara la alarma a causa de un ruido. Quise ver que ocurría y nuevamente mis padres estaban discutiendo. No sabía la causa exactamente del problema, y entendía que ese problema no era de mi importancia, así que no le di mas vueltas al asunto y me dirigí hacia mi habitación para dormir un poco más.

Al sonar la alarma me desperté muy entusiasmado, corrí a la habitación de mis padres para felicitar a papá pero solo se encontraba mi madre en un rincón de la habitación. Su ojos estaban rojos, como si toda la noche se la hubiera pasado llorando. Con una cara de preocupación me acerque hacía ella, con una voz temblorosa le pregunte " ¿Mamá que es lo que pasa, dónde esta papá?
Ella con unos ojos muy fríos me miraba fijamente, a la vez, con una voz muy furiosa me decía; "Adam que haces despierto a estas horas, deberías estar acostado, dentro de poco iras a la secundaria"
Yo no era un chico desobediente, fui a mi habitación, pero aún me quedaba la duda de la ausencia de mi padre. Dadas las 8:30 AM eran la hora para ir a la secundaria, no tenía hambre, solo tome mi uniforme mis cosas y me fui sin mas.

Al llegar al plantel, subí las escaleras que daban a mi salón correspondiente, miraba a muchos chicos corriendo, jugando, hablando y pasándosela bien entre ellos. Yo era tímido por lo cual no conocía a nadie. Solamente me dirigí hacia mi salón pero antes decidí entra al baño para lavarme las manos. Estando adentro un grupo de 5 chicos mayores que yo estaban en bola, yo no sabía que pasaba, hasta que vi que golpeaban a un chico de mi edad, eran tan abusadores que no le importaba que fuera mucho mas débil que ellos y que pidiera que pararan. Uno de ellos me vio, sonriendo se camino hacia mi dirección toco mi pelo, y con una voz muy tranquila me dijo; "Chico no te preocupes, el se lo busco, nosotros no somos así, no hay que tener miedo, pero esto no se lo cuentes a nadie".
Entonces fue cuando decidí alejarme de ahí, prometí no decir nada, pero la expresión del pobre chico no se me quitaba de la mente.

Salí del baño y me fui directamente al salón. Pasaron ciertas horas de clase y era el tiempo del descanso. No tenia amigos por lo cual estaba solo.
Escuchando música tranquilamente recordé que era el cumpleaños de mi padre y como yo no tenía dinero decidí hacerle uno con mis propias manos.
Teniendo las cosas necesarias a la mano me puse a trabajar. Como era excelente dibujando, plasme su rostro en unas hojas de colores con el lema "El mejor papá del mundo, te quiero mucho".

Al terminar las clases, era tiempo de regresar al hogar, y como suponía tenia que ser en ya estaría en casa y por fin lo podría felicitar.
Al llegar fui a su habitación y efectivamente se encontraba ahí, estaba acostado en su cama, viendo los deportes y bebiendo alcohol. Pero eso ami no me importo, fue corriendo hacia el para abrazarlo pero el se negó. Le di su regaló, el lo acepto y me preguntó con una voz ebria y furiosa; "¿Qué es esta porquería?"
Yo con la mirada hacía el piso le respondí que ese era su obsequio de cumpleaños, que yo mismo lo había elaborado.
El solo lo arrojó a un lado y nuevamente miraba el partido al mismo tiempo que bebía.
Con la esperanza rota pensando que le gustaría, empezaron a surgir lagrimas. Mi padre me vio, con una carcajada en su rostro de manera burlona, solo se río de mi, al mismo tiempo que decía; "Adam por favor, ya estas grande para estas cosas, deja de llorar, no pareces hombre, mas bien pareces un marica"

Mi madre en ese momento entraba a la habitación y muy furiosa me defendió por el mal trato de mi padre.
El molesto golpeo Nuevamente a mamá y ami me empujó contra el muro. Mi padre estaba ebrio y muy furioso, no tomo control de las cosas, y solo se fue de la casa sin ninguna explicación.
Llorando en el piso, viendo a mi madre en un estado reprochable y a mi padre irse perdía la esperanza de una familia unida.

Me levante del suelo, tome el obsequio y lo plasme al centro de la sala, una parte de mi lo seguía queriendo pero otra parte muy profunda decía lo contrario.

"Mis recuerdos son aún más dolorosos de lo que pensaba" decía entre mi al ver ese regalo que había tardado tiempo en hacerlo. No dejaba de ver el obsequio, pero las palabras de mi padre que me había dicho en esa ocasión estaban dentro de mi cabeza. Con un ataque de furia me arroje sobre el regalo, lo tome fuertemente y lo arroje al suelo. Para posteriormente pisarlo y destrozarlo, en un movimiento fallido y con las heridas que mi cuerpo traía caí sobre el suelo, llorando y con un tono de desesperación, y enojo exclamaba; "¡Te odio padre, te odio donde sea que estés!".

Amnesia PsicopataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora