¿Qué mejor manera de acercarme que escribiéndote?
Las mañanas no habían sido las mismas después de un tiempo, pase de despertarme como un posible zombie a despertarme con todos mis sentidos alerta solo para no encontrarme Anna por casualidad. A veces me levantaba más temprano de lo usual o lo más tarde posible dependiendo de qué idea se me había cruzado por la cabeza para evitarla. Pero nada funcionaba.
Jamás creí que volvería ver a mi madre después de su abandono, pero aquí estaba, en mi casa, cerca de mis hermanos y lo peor de mi papa. Creo que cuando decidió regresar ella tenía esa absurda idea de que mis hermanos y yo la íbamos a recibir con los brazos abiertos, aceptando la idea de que viviera con nosotros con un borrón y cuenta nueva. Desde que llego le dejamos muy en claro que para en nuestra vida solo tenemos un padre y no tenemos espacio para una madre. Y aunque se lo mal que ella se puede sentir no me arrepiento de nada de lo que le he dicho.
Todo en mi vida había dado una gran voltereta, hasta el hecho de que no me sentía cómoda en mi propia casa y si en el colegio. No me mal entiendan, no me gusta el colegio, solo me gustan las personas que he conocido y algunas otras pequeñas situaciones han conseguido que venir no sea tan horrendo. Tal vez me gustara tomar clases si comenzaran a enseñar música, arte o escritura (en resumen cosas relacionadas con el arte) sería feliz y viniera todos los días con entusiasmo de aprender, pero eso no sucedería hasta que los seres humanos sepamos apreciar mejor los talentos que tenemos.
Salí del carro de mi hermano con mis audífonos puestos, siendo esto lo único que me ayudaba a tener una mejor perspectiva del mundo. Era como en una película la situación mejoraba y empeoraba según el sonido de fondo.
Alexis y yo caminamos juntos, el con sus brazos en mi hombros, algunos lo veían tierno ya que era la imagen del hermano mayor que cuida a su hermanita, pero nadie entendería que desde que esa señora llego a mi casa mis hermanos han estado cuidado más de la cuenta, hasta los mellizos que a pesar de ser tan pequeños y los que en realidad deberíamos cuidar me protegían porque desde el primer momento que ella entro, ellos pensaron que no pertenecía a nuestra familia.
Llegamos a las escaleras del colegio señal de que cada uno debía seguir su camino me dio su típica sonrisa de ''todo estará bien'' y dejo un beso en mi frente señal de despedida.
Imite los pasos de mi hermano y camine hacia mi pequeño grupo de amigos, siendo las únicas personas fuera de mi círculo familiar que si valían la pena.
Para los ojos de los demás yo entraba en la categoría de chica molesta gracias al simple hecho de que no le hablaba a nadie, no le contestaba a los profesores y tal vez tener una conversación random con algún estudiante que me salude o me tope en mi pasillo no me parecía divertido, hasta llegaba a ignorarlos.
Sentía que no tenía que hablar con nadie que no sintiera que valían la pena, todos los que me intentaban hablar notaba su hipocresía y su lado cruel, pero como siempre existe una excepción y para mí solo existía una persona que podría llamar pura.
'' ¡Aurora!'' Kate se acercó y me abrazo.
'' Hola chicos. '' Murmure, pause mi música pero deje mis audífonos en mis hombros.
Para mí solo necesitaba esto, a mis cincos amigos, mis molestos hermanos y a mi padre. Pero creo que Anna no piensa igual que yo ya que intenta meterse como dé lugar a mi familia.
''La profesora de historia debería aprender, que si hablo en su clase es que no me interesa saber de los muertos. '' Se quejó Erick.
No era una noticia nueva que a la profesora de historia no le agradábamos ni un poco, y todo por distintas razones. Desde que a Lisa la veía en un alto pedestal pero estaba siendo dañada por nosotros, desde que Kate la desesperaba, yo porque según ella mi actitud rebelde la retaba (ni siquiera le dirigía una palabra a esa mujer) Leandro lo mismo que Lisa lo único que ya estaba dañado, Cameron y sus bromas y Erick le llevaba la contraria.
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Hola, chica callada [2.0]
Short Story« Las personas siempre intentan parecer algo que no son, lo gracioso es que el sabia que ella no era negro y blanco, ella era rosado.» [The true color of life serie; segunda historia] #39 en historias cortas. [27/05/2016]