Llegada al orfanato.

22 5 2
                                    

A lluvia caía contra el vidrio de la ventana causando un sonido, que en otro momento había sido relajante y melodioso para mis oidos; pero desde el día del accidente lo único que hacía era deprimirme.
Ya no tenía fuerzas para seguirles llorando.
Escucho que golpean la puerta de la habitacion. Me levanté, limpié aquellas lágrimas que habian escapado en contra mi voluntad y fui a abrir la puerta. En el umbral estaba parada una chica de unos 15 años. Era delgada, ojos marrones,llevaba una polera roja simple y un chupin negro, su pelo del mismo color que sus ojos iba recogido en un rodete desprolijo.
-¡Hola!-saludó la desconocida.
-Hola...
-La celadora María me pidió que te avisara que hay que bajar a comer.
-Gracias.¿Cómo te llamas?-le pregunté mientras buscaba mi celular que estaba tirado sobre la cama.
-Natasha.¿Vos sos Camila no?
-Si.-dije sin ánimos de charlar y saliendo del dormitorio.
El comedor del orfanato se parecía al interior de una cabaña de piedra y troncos a la que había ido de chica con mi familia. En total unas ocho mesas rectangulares repletas de crios y adolescentes bulliciosos llenaban el lugar.
-Vení. Sentate con nosotras,si queres.-invitó Natasha.
Era el primer día, de muchos, que pasaria en aquel lugar. No conocía a nadie, asi que la seguí y me senté con sus amigas. Todas eran muy simpáticas; pero yo no estaba de humor para conocer gente y mucho menos para soportar una charla basada en chicos,maquillaje, ropa, y más chicos. Con la cabeza partiendoseme al medio y con el ánimo por el subsuelo, me fuí a dormir.

Get out de jyj comenzo a sonar desde mi celular. Maldita alarma.
Me levanté, me alisté y salí afuera a esperar con los demas chicos el colectivo que nos repartía en los respectivos colegios. El mío estaba a unos 10km del orfanato.

-¡Buenos días!-saludó la profesora Carla cuando entró al aula.
-Hola profe...
-¿Cómo anda?
-Buenas...
Respondieron los alumnos que lograban estar despiertos a las 8am.
-Hola.-dijo mi compañero de banco. El había estado sentado adelante mio en el colectivo.-Camila ¿No?
-Si¿y vos...?
-Bruno. ¿Cómo llevas todo este... tema?
-Pateando para adelante supongo.
-Tranquila, todos ahí pasamos por situaciones similares. Pero con el tiempo y entre todos las fuimos superando.
Yo solamente asentí con la cabeza y me quedé pensando que le había ocurrido a este chico.
Prestamos atención a la clase y nos pusimos a copiar. Seguímos charlando hasta que tocó el timbre que finalizaba el día. Unos cuantos profes nod llamaron la atención por hablar en clase pero no le dimos importancia.
En el colectivo, volviendo al orfanato nos sentamos juntos. Todos no miraban raro. Natasha que subió en la última parada me quedó observando todo el trayecto. Vaya uno a saber por qué.
Fuimos a almorzar al comedor; me estaba por ir a sentar con las amigas de Natasha pero, Bruno me tomó por el codo y me guió hasta una mesa llena de chicos, ni una sola chica. En cuanto nos acercamos todos en la mesa se callaron y nos quedaron viendo sorprendidos. Uno de los chicos se levantó nos miró mal y se fué sin más.
-mmm...Hola.-dijo el moreno que parecia tener no más de 9 años.-¿Cómo te llamas?-dijo tratando de romper la tensión que había.
-Hola. Camila ¿Vos?
-Soy Carlos,pero me dicen carlitos.
Nos sentamos y de a poco se empezaron a relajar y a entrar en confianza. Todos eran graciosos.
Noté que Bruno y el chico de gorra roja que se había presentado como Juan hablaban apartados del resto y parecían discutir. A pesar del ruido retazos de la conversacion llegaron a mis inocentes oidos:
-¿...por qué la trajiste?-decia Juan
-¿que tiene de malo? Ya pasó. Tiene que superarlo.
-¿Sos tonto? Lo de aquella vez nos dejo a todos mal pero a él lo destrozó.
-No va a pasar nada....
No pude seguir escuchando porque Carlitos y Emanuel me estaban preguntando algo.

Tirada en mi cama empecé a razonar lo que había oído.¿Por qué reaccionó asi ese chico? ¿A que se referian con lo de "aquella vez"?
Necesitaba respuestas,pero ellos no me las iban a dar. Asi que tendría que obtenerlas de otra fuente. Me levanté, me puse un sueter y salí de mi habitación.

El otro orfanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora