¿Por que?

39 3 0
                                    

Oscuridad...

Eso es lo primero que percibes al volver ser consciente de tus sentidos.
Estás de pie, pero no recuerdas como as llegado hasta ahí. Puedes escuchar unos golpes acompasados de fondo.
Te asustas y empiezas a moverte  huyendo del ruido, pero tus piernas fallan. Caes de rodillas. Notas el suelo de hormigón bajo tus palmas y tu respiración se acelera al notar que los golpes aumentaron la intensidad.

Tienes que salir de ahí.

La adrenalina acompañada de la desesperación te empujan a levantarte dolorosamente. Tratas de correr, pero todo tu cuerpo tiembla, apenas puedes mantenerte en pié, te mueves erráticamente y te falta el aire.
Vuelves a caer. Duele, duele mucho. Te encojes en el suelo tratando de mitigar el dolor que atraviesa tu muñeca.
El oxígeno te resulta insuficiente. Empiezas a toser sollozando.
El dolor te despierta los músculos.
Empiezas a arrastrarte en busca de algo, cualquier cosa. Estás desesperado y tus manos tiemblan.
Con tus dedos espasmóticos, sientes una pared. Rápidamente te arrastras, notando escozor en tu piel. Al fin llegas, intentas tranquilizarte y respirar, pero ese ruido no te deja en paz. Cada golpe hace que tu cuerpo tiemble de terror, no sabes que hacer. Tu corazón parece que va a atravesar tu pecho y tus pulmones empiezan a doler.

Gritas angustiado. No lo soportas.
Te muerdes el labio y te quedas paralizado. Tu corazón da un brinco.
Acabas de notar una tela que rodea toda tu cabeza y tapa los ojos. Como no te habías dado cuenta antes ? Te tranquilizas esperanzado. Empiezas a quitarte la venda torpemente.
Quizás... al ver, reconozcas el lugar. Quizás se trate de una broma de tus amigos. Quizás todo se trate de un sueño.
Quizás...

No ves absolutamente nada. Ya no tienes la venda, pero no ves nada. Nada de nada.
La boca se te seca, acercas tus manos a tu cara, dejas de respirar, notas un líquido seco y pegajoso en tus mejillas, los segundos se ralentizan, tus  nerviosos dedos llegan a la zona de tus ojos y notan algo...
Algo que no debería estar ahí, una especie de puntos rodea la zona de tus párpados y sientes que algo falta. Tus ojos. No están...

Gritas.

Ya no sientes miedo, es algo muchísimo más fuerte y doloroso, te sientes vacío. Nunca antes habías anhelado con tanta fuerza ver la luz.
Dejas de tratar de buscar una salida y te encojes temblando. Deseas con todas tus fuerzas volver a escuchar la voz de tu madre, de tu padre, de tus amigos, de tu novia y de la  enana...

El tiempo pasa, nada ocurre y los golpes siguen. Poco a poco vuelves a retomar tu búsqueda, pausadamente avanzas lo más pegado a la pared que puedes. Tienes miedo de hacer cualquier movimiento brusco.
Pero algo llama tu atención, es  un golpe descoordinado al resto. Te paralizas y tratas de agudizar tu oído.
Tu corazón se encoje. Oyes pasos.

Corre. Tienes que correr.

Tu cuerpo reacciona solo, te levantas y empiezas a correr abruptamente, en dirección desconocida y desesperada. No te importa quien o que que sea, lo único que sabes es que tienes que escapar.
La desesperación de antes vuelve a ti acompañado de un sudor frió que te estremece y ahoga.

Pero lo peor aún estaba por llegar.

No corres lo suficientemente rápido. Notas que alguien te agarra del brazo, tu cerebro no para de gritar peligro, y como si el contacto quemase apartas el brazo. Tratando sin éxito huir.

Sientes como te agarra de la pierna y caes al suelo. El golpe en la cabeza te deja medió aturdido y con parte de la piel en carne viva. No soportas tanta tensión; tus pulmones están encogidos y tu corazón te desgarra por dentro.

Notas como empiezan a arrastrarte. Instintivamente tratas de agarrarte a algo, pero no encuentras nada...
Desesperado clavas tus uñas en el hormigón, te retuerces, tratas de golpearle, gritas, amenazas, súplicas... pero nada.
Con tu fuerza consigues lo único que consigues es desgarrarte las uñas, es horroroso, tus gritos se transforman en chillidos de dolor y súplicas, los cuales te exprimen los pulmones. Tu camiseta es desecha contra el suelo quitándote la poca protección que te brindaba.

No sabes que hacer, te sientes extasiado y desesperanzado.

Notas que te dejan de arrastrar y te sueltan. Tratas de escapar pero oyes un golpe sordo y te sientes caer.
Después de eso empiezas a aumentar el dolor el cual ya no es mitigado por la adrenalina como el primero, si  no que el dolor va en aumento.
Cada vez más fuerte, cada vez más rápido, sientes los golpes romperte los huesos.

Ya no gritas, ya no te mueves, solo deseas cerrar los ojos y que todo acabe rápido. El dolor que te atraviesa es tan fuerte que ya no lo sientes, so lo te abruma.
Tu mente está en blanco.

Los golpes paran, tal vez ya se cansaron de ti. Pero algo regresa en su lugar para seguir el juego.

Notas hervir tu espalda, al principio en punto fijo, pero después se va entendiendo por toda tu espalda, como si estuviese dibujando. Das gracias, por estar aturdido.

Sabes que vas a morir.

De repente quieres llorarar, necesitas llorar. Pero no puedes, te han arrancado ese derecho, y eso te hace sentirte como un cascarón vacío.

Por qué me hacen esto? Que he hecho yo para merecer esto? Por que... ¡JODER! Por que?
No quiero morir! Dios! Por que me haces esto! Yo solo quiero volver a mi casa y descansar!! Echo de menos a mi madre... y mi padre, y mi hermana... ¡Joder! Nunca volveré a ver a nadie! ¡No me lo puedes quitar todo así! ¡ME OYES! No tienes derecho a destrozarme así y quedarte tan tranquilo, como eres capaz de permitir esto!? Aunque... pensándolo bien que cambiará esto ahora? Voy a morir, ¡no me lo puedo creer, VOY A MORIR!  Soy demasiado joven para esto, Dios no... nunca podré ir a la universidad, nunca podré irme a Australia, nunca podré vivir...
Nononono! Por que? Que he echo para acabar así...

Estas destrozado ya no sabes si te están golpeando o que te están haciendo. Sinceramente. Ya  ni te importa, quieres irte ya te da igual a donde, simplemente... tus pensamientos ya no funcionan coherente, ya no piensas en nada.

Sientes una presión al rededor del cuello y posteriormente dejas de sentir el suelo, ya ni intentas resistirte, solo... te dejas llevar. Una oscuridad más tranquilizadora te empieza ha envolver, eso de alguna manera te hace feliz.

Sabes que te estás muriendo y no puedes hacer nada. Pero antes de que todas tus luces se apagasen oyes algo.
Algo no, oyes un grito de alguien no necesitas ver para saber de quien se trata, llevas oyendo su voz durante 5 años.
Y curiosamente es lo último que escucharás.
Es la voz de tu hermana, tu pequeña y adorable hermana pequeña.

Ya es demasiado tarde para ti...

Todo se ha acabado...

Adiós...


El DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora