Prólogo.

91 6 0
                                    

Zack llevaba más de cuatro semanas sin dormir. Sus comidas eran pocas, al igual que la cordura que le quedaba. Él estaba siendo destruido de a poco por dentro y nadie ni nada podría pararlo, ni nadie sabía el por qué. No quería volver a soñarla. 

Se sentó en la cama, con desesperación, por la falta de sueño; estaba enloqueciendo. Despeinó su cabello, irritado. Acomodó su pijama de Batman  que estaba algo desaliñada y decidió hacer el mero intento de dormirse de una vez por todas.

Cuando cerró sus ojos de una vez  para caer en el sueño, su mente comenzó a divagar hasta llegar a ella: Aquella hermosa chica de ojos azules. Y no, ella no era una chica normal con las que Zack solía fantasear. Todo lo contrario.

Ella era la peor pesadilla disfrazada del mejor sueño, un demonio en la piel de un ángel. Era un monstruo que ni él ni nadie podía destruir.

Otro sueño de esos empezaba a eclipsar la mente de Zack. Esta vez, la chica, estaba postrada en un sofá color rojo como la sangre, con un gesto imperturbable de paz en su rostro, los ojos cerrados, sus largas pestañas descansando en sus mejillas pálidas. Con un objeto de metal entre sus manos.  

La chica abrió sus ojos de repente y giro su cabeza, sus ojos lívidos se posaron en Zack.  Se paró, levanto su vestido color uva que chocaba contra el piso con suma elegancia y se quedó parada frente a él.

Él la miró. Ella lo miró. Sus miradas se conectaron, había algo extraño en los ojos de aquella chica. 

  —Monstruo —murmuró ella con los ojos llorosos, y empuñó aquella daga que en ese momento reflejaba una sola cosa: muerte. 

Zack, asustado, quiso retroceder para no perder su vida en ese momento. Lo menos que esperaba en aquél instante sucedió. La chica tomó la daga con total seguridad insertándola en su propio pecho, soltando un alarido de dolor que rompió sus tímpanos. 

Lo último que vio antes de despertar fue la gélida mirada azulada de la chica. Sin vida.

Muerta.









Eider (Editando).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora