Que?

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La luz del sol... La misma que todas las mañanas se esfuerza por atravesar las casi opacas cortinas de mi ventana e impactar en mi rostro, despertándome en el acto. La misma luz del sol que hace a un día malo, totalmente hermoso, esa misma luz.

Trate de sentarme en la cama, fallando en el intento, pues irse a dormir tarde tiene sus consecuencias. Después de varios intentos lo conseguí, me quede pensativa, en mi mundo. Pero un sonido me hizo salir de mis pensamientos y dirigir mi mirada hacia el. Era mi teléfono, al cual le había añadido una alarma y quien todas las mañanas se encargaba de que no llegara tarde a clase. La apague, levantándome y dirigiéndome hacia el baño.

Una vez dentro me lave la cara con agua fría, muy fría, demasiado fría. Comprendí que fue mala idea. Abrí el grifo de la ducha, esperando a que saliera agua caliente, y observando como aquel habitáculo se inundaba de vapor. Fui desprendiéndose poco a poco del pijama, dándole tiempo a la ducha para que ni una sola gota fría cayese.

Tarde como que 15 minutos en salir, cosa que me sorprendió ya que solía tardar mas, me vestí, no me llevo mucho tiempo ya que mi ropa consistía en el uniforme reglamentario de mi escuela.

Baje a desayunar. Mi desayuno no es nada en particular, solo un simple café y de vez en cuando una galleta o algo, pero no, hoy solo café. Me despedí de mis padres y de mi perro, para acto seguido seguir a mi hermano hacia el coche e ir en dirección a la escuela. Mi hermano, Daniel, el típico chico malote que no saca buenas notas y siempre anda metido en alguna. Por mi parte no tengo queja, me cuida muy bien y no deja que me pase nada, así que, que sea todo lo malote que quiera, yo no tengo esa imagen de el. Al llegar le di un beso en la mejilla, finalizando la conversación sobre coches tan entretenida que mantuvimos en el trayecto, y me dirigí hacia mi taquilla, en la cual estaba mi mejor amiga Alba esperándome. La salude chocando puños, como solíamos hacer, y ella empezó a contarme lo que había hecho el fin de semana.

Si, es Lunes, ¿no lo dije?

Llegamos a nuestra primera clase, que era matemáticas, el profesor siempre tardaba en venir por lo que todos mis compañeros estaban en diversos sitios del aula, incluso Alba, quien estaba frente a mi mesa, hablándome.

Llegó el profesor, pero no inicio la clase como deberia, sino que anuncio una noticia que, siendo sincera, no me esperaba.

-Chicos, sentaos, tengo algo que decir.-esperó a que todos se sentaran y prosiguió- Hoy se incorpora a clase un nuevo compañero, espero que lo traten bien y sean de su agrado.

Y cuando entró, lo vi. Y mi expresión cambió por completo.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2015 ⏰

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