Mis padres fueron asesinados y devorados por una familia de caníbales, lo cual ellos me adoptaron en el asesinato y, como de costumbre al llegar me sirvieron un plato lleno de sangre:
-¿Q-qué es esto?-pregunté con mucho miedo-.
-¡¡Inteligente!! No sabe que es, es un riñón de tu padre y, ese corazón y pulmón que están al lado, son de tu madre-contestó muy alegre-.
No podía evitar las lágrimas, empezó a gritar y llorar el me agarró de la cabeza y empezó a golpearme contra los órganos gritando:
-¡¡COME, COME, COME SE QUE TIENES HAMBRE!!
Luego un hombre con un traje negro y una máscara, que sacaba la lengua negra y unos dientes afilados. De repente soltó mi cabeza y, me dijo:
-Si quieres te daré otra oportunidad, ponte esto y ve a comer, de lo contario te devoraremos.
Luego de recitar estas palabras, salieron del oscuro y lúgubre lugar dos hombres, cuatro niños y tres mujeres escupiendo saliva. Las pocas palabras que dijeron fueron:
-Si... ¡hazlo! -dijeron con una voz ronca, como si no hubieran hablado desde tiempo-.
Acepte por voluntad propia. Como si fuera poco la tortura y demás. Unas luces se prendieron y pude ver a mi padre y mi madre atados a una silla con cadenas, sus ojos mórbidos, mirándome fijamente. No evite el grito, y cómo si una sed de venganza me envolviera; mordí las entrañas y con una mueca de asco me los tragué:
-¡Perfecto!- me susurró el hombre-. Tomó el cuchillito que estaba al lado del plato y, cómo loco, empezó a golpear los miembros que estaban servidos en el plato. Como yo era peliblanco (es otra historia). Me salpicaba en el pelo y cara manchándome. Cuando terminó de hacer el acto más psicópata que vi, me tiro al piso y con la punta filosa empezó a hacer cortes dentro de mi ojo, quedando de tal manera que solamente salpico un poquillo de sangre; quedó completamente rojo empecé a llorar pero él me calló dándome un culetazo en el cuello. Cuando desperté estaba en una jaula con la máscara puesta y una campera medio azul oscura o negra, con la capucha ya puesta el ojo me seguía doliendo y, tenía hambre, así que inconscientemente me mordí la mano. Luego escupí lo que supuestamente estaba mordiendo.
-Billy, Billy si supieras lo que estás por ser...-dijo el caníbal-.
-Tengo hambre...-contesté-.
-Oh lo siento, no me quité la máscara ante ti.-me contestó-.
Se agarró la oreja y se empezó a quitar una máscara muy realista, al identificarlo noté unas canas, y un pequeño bigote francés negro.
Era mi abuelo, una persona inocente, no lo pude creer, empezó a temblar y gritar:
-Ten, enróscate estas cadenas alrededor de tus brazos para despellejar a cualquier presa-me dijo-.
Abrió la puerta de la jaula y, salí. Al entregarme las cadenas cómo toda buena persona lo ahorqué y me lo devoré y así crecí. Desde los siete años hasta ahora; diez años después a los diecisiete años ya me acostumbre a ésta trastornada vida, me acostumbre al sufrimiento, al canibalismo...
"LA NOCHE AÙN NO EMPIEZA..."
ESTÁS LEYENDO
leyendas de los creepypastas
Horroren este libro podrás leer algunas leyendas de algunos creepypastas