Dónde el viento nos lleve

PARTE I - De Otoño a Primavera.

Septiembre

Qué horror, odio septiembre.

Septiembre llega después de agosto, sin duda, el mejor mes del año, el mes de las vacaciones, de las fiestas, de los conciertos....el mes de conocer chicos...el mes de las risas...si, creo que a partir de ahora, le voy a llamar el mes de la risa..."mi mes de la risa".

Sin embargo septiembre, es el mes de vuelta al insti...de vuelta a ver a mis super pijas amigas, el mes de empezar a estudiar, a entrenar, la rutina, todos los días lo mismo, otra vez, incluso escuchar una y otra vez la misma frase de mis padres:

-Venga Blanca, este año hay que darlo todo...que ya estás en bachiller y la nota cuenta para la universidad.

-Que si, que si, mamá...que ya lo sé -resoplo.

Además este agosto, ha sido un gran agosto, un agosto lleno de salidas, un agosto en la playa, todo el día con amigos, viejos y nuevos amigos de verano, con los que nos hemos bañado, jugado al baloncesto, montado en piragua, tomado el sol, hemos salido de fiesta, y hemos montado la fiesta nosotros solos, con una guitarra y unas velas, nos hemos reído hasta el amanecer contando absurdas historias, seguro que más de la mitad inventadas,...y yo, sólo quiero eso, reírme...sin preocuparme de nada, sólo reír.

Ahora entiendo porqué lo mayores se empeñan en echar a la lotería, quizás sea por eso, porque quieren poder reírse, reírse de la vida.

Mis padres siempre están trabajando, yo me canso de verles...incluso en agosto, siguen trabajando, así que tengo que aprovechar al máximo lo que tengo ahora, porque probablemente desaparecerá con la edad.

Pero como dice mi madre hasta la saciedad, para poder reírme en agosto, hay que trabajar el resto de los meses, sino, te pasas agosto encerrada estudiando, y eso si que no mola nada..

Así que me tengo que poner las pilas, pero no porque la nota cuente para la universidad, como piensa mi madre, sino porque este agosto me han prometido un campus de surf, y pienso ir...,ya he empezado a tachar los días que quedan para el próximo verano....y acabo de empezar septiembre.

Vamos a ser positivos todos, quizás no sea un septiembre tan malo...quizás sea este septiembre el que reescriba los septiembre a partir de ahora, y se convierta en el mejor mes del mundo...Mhhhhh, no, no creo...la verdad, septiembre es como ese lunes horrible, después de un domingo lleno de amigos.

Y Es que queramos o no, hay meses feos y días feos...

Si, septiembre y lunes son muy, muy feos, los imagino como un chico lleno de granos, más bien rechoncho, con pelo grasiento, y mal olor corporal, con voz de pito, y para nada atlético.

Sin embargo, agosto y viernes, son dos chicos de pelo largo, algo quemado por el sol, con el torso fuerte y moreno de hacer tanto surf en la playa, dos chicos atléticos y divertidos, si, decididamente son mis chicos perfectos.

Quizás cuando sea mayor y tenga hijos, les llame a uno Agosto, y a otro Viernes, ja...jajajajajaj....

Mi madre moriría del susto, seguro.

Aquí estoy...en la puerta del instituto, tomando aire muy fuerte, a ver si me empuja hacia dentro...esta mañana no sabía qué ponerme...

¿Qué te pones en septiembre?, ¿de verano o de invierno?, este año es el primero que no llevo uniforme, así que hemos tenido que hacer un grupo de whatsapp, para decidir qué nos poníamos, y aquí estoy, con mi pantalón corto, y mis zapatillas deportivas (qué horror)...

Voy a hacer caso a mi madre, respira y sonríe, me diría ella, así que cojo aire....y ¡cómo los valientes!. Este curso probablemente no conoceré a nadie de mi clase, porque ninguna de mis amigas han escogido el bachiller de ciencias, así que estaré sola, y me tendré que esforzar en hacer nuevos amigos, eso, que tan fácil me resulta en agosto, que me presenten a gente nueva, y en seguida ponernos a hablar de lo que sea, y que tan difícil resulta en septiembre y en una clase nueva...pero yo soy de las valientes, así que me cojo muy, muy fuerte a mi mochila, como si ésta fuera a sujetarme si me caigo, y abro la puerta.