Cuando quieras llorar canta una canción.

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El incidente del beso con Emma ha rondado en su cabeza las últimas semanas. Nunca le ha pasado algo así. Normalmente son chicas con las que tiene algo de una noche o son simples besos sin sentimientos de por medio. Conquistas solo para pasar el tiempo, es cierto que no es tan idiota como sus amigos, pero no puede negar que es un poco mujeriego. Aunque admitámoslo, que el bombón del colegio sea un santo que no había dado su primer beso hasta Emma, que no piensa en chicas, ni le gusta tener ligues de una noche, ni en los mejores sueños.

Para su mala suerte, no ha vuelto a tenerla tan cerca. No sabe si es su impresión, pero parecer que ella le huye siempre que se encuentran en el pasillo. Cruza sin mirarlo o se esconde tras su ropa. Lo cierto es que evita tropezar con él.

Por su lado, Emma ha preferido evitar a Jacob por ciertos inconvenientes que ocurrieron después de aquel beso, incluso se ha planteado cancelar la apuesta con su amigo Jeremy. Esto se debe a dos motivos, el primero, es que ella jamás se había sentido así después de besar a un chico, ni siquiera con los tres idiotas que jugaron con sus sentimientos, de los que estaba enamorada. Y para entender la segunda, debemos regresar una semana atrás, es decir una semana exacta después de que el beso ocurriera.

- ¡Elle querida! – dijo Roberta llegando junto a ella, por la sonrisa que traía en su rostro, tenía un chisme muy bueno.

- ¿Qué tienes para mí? – la rubia va directo al grano, aun así, añadió una de sus espectaculares sonrisas. Les encanta meterse en la vida de otras personas.

- No te va a gustar para nada - dijo su "amiga". Elle sabe perfectamente que Roberta no busca su amistad, lo que ella quiere es popularidad. Nada mejor que una de penúltimo año de amiga de los populares de último.

- ¡Suéltalo! – espetó Elle, comenzó a impacientarse.

- Bueno, hoy escuché a unos chicos hablar sobre el beso que se dieron Emma y Jacob hace una semana- dijo disfrutando ese momento. La rubia que estaba tomando su botella de agua del día, casi se atora con la misma.

- ¿Qué Jacob qué? – su voz furiosa, justo lo que Roberta quería conseguir.

- Lo que escuchaste, al parecer esa no es tan santa como parece.

- Esto no se va a quedar así- dijo ubicando con la mirada el casillero de Emma, una sonrisa de malicia se formó en su rostro.

- ¿Qué piensas hacer?

- Tu solo sígueme la corriente- pisando firmemente con sus tacones Prada se acercó a donde se encontraba la castaña guardando sus libros, se pararon junto a la puerta y empezaron a hablar- ¿Y has visto la ropa que usa? - rio.

- Esas sudaderas de hombre, parece un oso.

- Seguramente está tan gorda que si usa ropa más pegada se le verán todos los rollos que tiene- Emma, como es muy inteligente, captó rápidamente que de quien estaban hablando era ella.

- Y esos anteojos de hace dos milenios- añadió la otra, riendo muy fuerte. Emma cerró las manos en puños, pero rápidamente se relajó, lo que ellas querían era provocarla y no les iba a dar ese gusto.

- ¿Sabes que me dijo Sean? - continuó la rubia riendo.

- ¿Qué?

- Que de santa no tiene nada, que él en menos de una hora la tuvo bajo sus sabanas- soltó riendo. Emma sentía como le escocían los ojos por las lágrimas que amenazaban con salir, pero no les daría el placer de que la vieran llorar, menos cuando sabía que eso era lo que ellas buscaban.

- No lo puedo creer, es una zorra- dijo la otra rubia, malas imitaciones de Barbie ambas. Emma solo intentaba no llorar, pero cuando estaba por irse la sorprendieron.

Con bastante fuerza, Elle cerró la puerta casillero, haciendo que resuene por todo el pasillo, consiguiendo la mirada de todos, justo lo que ella estaba queriendo, un espectáculo. Emma fue acorralada contra la pared por las dos rubias.

- Roberta tiene razón- dijo Elle con malicia- Eres una zorra, meterte con un chico que tiene novia.

- Sí, que clase de persona hace eso- añadió la otra, Emma estaba a punto de llorar, no sabía qué hacer.

- No... No sé de qué hablan- dijo muy bajo.

- ¡Como que no! Si hay algo que me gustan menos que las moscas muertas como tú, son las mentiras- la sujetó del cabello, todos miraban, pero nadie hacía nada para ayudar.

- Te prometo que no besé a tu novio.

- ¿Entonces me vas a decir que no besaste a Jacob? Ja, que te lo crea tu madre- dijo cruelmente- Cierto, ella está muerta.

- Mira bonita- Roberta se acercó peligrosamente- Nadie se mete con lo que es de mi amiga.

- Y que te quede bien claro que Jacob es mío, así que no te cruces en mi camino, porque cuando quiero algo, hago lo posible por conseguirlo- jaló más duro el cabello de Emma, había dejado que se le escapen unas cuantas lágrimas que se deslizaban suavemente por sus mejillas.

- Mírala, está llorando- dijo Roberta con burla - Nadie te cree el teatro.

- Espero que te haya quedado bien claro- dijo Elle nuevamente con una carcajada y soltó su cabello.

- Y esto es por si no lo entendiste aún- Barbie dos, de un movimiento, hizo que Emma se golpee la cabeza contra la pared, cayendo al suelo. Su vista se puso borrosa y pronto todo se volvió todo negro.

- ¡No tenías que golpearla, idiota! - gritó Elle, mientras todos las seguían observando. Nadie se atrevió a acercarse a la castaña por miedo a las otras dos- Vámonos antes de que alguno de los profesores o el director sepa que fuimos nosotras- Y salieron corriendo por los pasillos.

Lo siguiente que Emma recuerda es haber despertado en la enfermería, con un terrible dolor de cabeza y su leal amigo cuidándola. Al parecer después de que perdió el conocimiento un chico del equipo de fútbol la cargó hasta ahí. Aún no sabe quién lo hizo.

Así que la única solución que encontró para que algo así no vuelva a suceder es ignorar a Jacob, lo cual le ha funcionado bastante bien hasta el momento. El problema es que cada vez que lo ignora siente una presión en su pecho, no sabe porque, pero le pasa desde aquel beso. No se lo ha podido sacar de la mente.

Con toda esa mezcla de sentimientos dentro de ella, canta a todo pulmón en la sala de música, la chica tiene una voz preciosa, y acompañada del piano, que le enseñó a tocar su madre, hace que cada canción suene hermosa. Teme que alguien la escuche y se burle de ella, así que se queda por las tardes en el instituto para poder practicar. Todo lo que siente está saliendo de ella, recuerda a su madre diciéndole: "Las princesas no lloran Emma, ellas cantan una canción"

Esta tarde escoge la canción Hello de Adele, desde que salió la ha ensayado muchísimo. Le encanta la letra, es muy linda y tiene mucho sentimiento. Está tan concentrada cantando, que no se de cuenta de una persona que está parado en la puerta de la sala de música. Está atónito, nunca ha escuchado una voz tan linda. Cuando ella termina, escucha aplausos.

- ¡Tienes la voz más hermosa que he escuchado en la vida! - dice Jacob, con un brillo en su mirada, que nadie jamás ha visto, hasta ese día.


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Capítulo corregido, espero que lo disfruten.

Gracias por todo el apoyo que he recibido, siempre disfruto de leer sus mensajes y sus comentarios.

Besos,

Ana Pau



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