Cap.- 3 La Noche

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Ethan tuvo que aceptar a su hermano. La peor parte es que tuvo que compartir su cuarto con su hermano pero le tenia miedo debido a lo que paso anteriormente. Pero esta vez no se salvará de Dylan.

-¡Apaga la puta luz! Quiero dormir imbécil. -Dice el menor.

-Es que no puedo dormir.

-¿No estás muy grande ya como para temerle a la oscuridad, idiota? -Dice con una sonrisa burlona.

-No le temo a la oscuridad. -Responde el mayor.

-Bueno, entonces... ¿No estás muy grande ya como para creer en monstruos?

-No le tengo miedo a los monstruos.

-Ah, pero sí crees en ellos.

-Eres un maldito... -Susurra sin que Ethan lo pudiera escuchar- Sólo siento que no puedo dormir, es que me siento algo insatisfecho.

-Oh, tienes hambre... Eso se soluciona, si quieres llamo a las idiotas de las sirvientas para que te preparen algo de comer. -Dice mientras toma una campana.

-No les digas así, sólo hacen su trabajo, y creo que deberías tratarlas con el mismo respeto con el que te tratan esas humildes señoritas a ti. Porque no creo que te traten como si no fueras nada, ¿cierto? -Molesto.

-Las trato como se me da la gana, ¿sabes? Son mis criadas. -Echa una carcajada- Bueno, ¿entonces apagarás la luz o sigues insatisfecho?

-No la apagaré hasta que no te disculpes por lo que acabas de decir. Además, si estoy insatisfecho es por tu cuerpo... ¿Saciarías mis deseos? -Dice con picardía.

-Bueno, esta noche ambos dormiremos insatisfechos. -Responde mientras se mete bajo sus sabanas.

-¿Qué pasa, bebé? ¿No quieres continuar lo que dejamos a la mitad? -Dice mientras se levanta de su cama.

-¡Ya cállate! Intento dormir un poco. ¿Tienes una puta idea de qué hora es? Mañana tengo cosas que hacer temprano, ¡necesito dormir!

-Ok, me callaré, pero sólo si me das un besito, mi amor. -Se sienta en la cama del menor.

-Ya deja de molestarme, y de decirme bebé, amor, cariño y cualquier babosada parecida. Ah, claro, ¡y quítate de mi cama! Ocupas mi espacio. -Se voltea.

-Amo cuando te haces el difícil conmigo, pero bueno, para ganarme un beso tuyo, me lo tendré que robar. -Se acerca al rostro de Ethan.

-No me hago el difícil contigo, sólo no me caes bi-bien y ya... Además, robar no significa ganarse algo. -Dice el menor con algo de rubor en sus mejillas.

-Bueno, entonces lo compraré.

-Ehh... Sabes, no soy prostituto. -Dice con rabia.

-No te digo prostituto, sólo compraré un servicio otorgado por tu cuerpo.

-Eso es prostitución.

-Ohhh Bueno... Entonces sí tendré que robarlo. -Se acerca- Sólo déjate llevar por la magia de mis manos.

-Déjame tranquilo, para ya de jugar. -Dice con una risa burlona.

-No estoy jugando... Pero si tu quieres jugar... -Sonríe perversamente- Juguemos, hermanito.

Dylan se acercó lo suficiente al rostro de Ethan para poder tocar de nuevo esos cálidos labios tan suaves con los suyos propios. Deseaba tanto besarlo.

-¡¿Por qué me besas?! -Lo separa- Dame una razón y yo me dejaré tocar por ti. Sólo una razón, pero debe ser una muy sensata, por lo contrario no lo permitiré. -Dice furioso.

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