Hola, hace demasiado tiempo que no subía en ninguna de mis obras. Pero ya volví, y con muchas ideas. Perdonen por hacerlas esperar tanto, pero aquí está mi ofrenda de disculpa.
Besos<3
Gemía tan fuerte como pude, saltaba al son de las respiraciones tan agitadas que teníamos.
-¡Oh, demonios!
Era la quinta vez que Mike tenía un orgasmo.
-¿Aún quieres seguir?
Le coqueteaba lo más eróticamente que podía.-Nena, yo...
Tuve un tremendo dolor de cabeza. Parece como si alguien golpeara algo. El sonido era sordo y lejano.
-¡Tienes que ir a la preparatoria! ¡No hagas que vaya y te levante con agua helada!
Era mi madre golpeando la puerta de mi habitación. Gruñí para mi. Miércoles por la mañana, vaya. Otra vez tuve un sueño húmedo. Otra vez tendré que lavar a mano mi ropa interior. Ya debo dejar de pensar tanto en sexo. Esperen, ¿esa fui yo? Que va. Me encanta el sexo.
-
Tenía clases de matemáticas, con el profesor más bueno del curso. Me lo follaré.
-¿Quiere dejar de observarme como psicópata?
Me exalté, no sabía que el buenorro me prestaba atención. Sonreí, me mordí el labio y abrí el libro.
La hora pasó muy lenta. Esperé a que todos salieran para acercarme al profesor.
-¿Quisiera dejar de observarme cuando lo estoy observando?
Sonreí para ambos. El dió una carcajada y comenzó a guardar su material.
-Deberías prestar atención. Tus notas no van tan bien que digamos.
-Lo sé. Debería tener un tutor o algo por el estilo.
Me subí un poco la falda y me recargué en su escritorio.
-Sólo hace falta que pongas atención en clase.
Diganme que es una broma, diganme que juega conmigo. ¿Quén carajos no entiende una indirecta? Creo que la que debe dar las clases soy yo.
-Usted, yo, mi casa, clases, 150 dólares, a las 7.
No dejé que respondiera, dejé mi dirección en su escritorio y me alejé de ahí moviendo extremadamente mis caderas.
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Eran las 6:35 y me puse unos pantalones cortos, mis vans, una blusa holgada transparentosa, y me hice una coleta alta.
Arreglé mi sala de estar, puse agua, bocadillos y mis libros sobre la mesa. Eran las 6:50 y mi mamá llegó a decirme que no la esperara despierta.
A las 7 con cinco minutos llegó el profesor. Le abrí la puerta y le cedí el paso cortésmente.-Adelante profesor. Tome asiento.
Sonreí, mordí mis labios y cerré la puerta.
Esta noche es será leyenda.