Hoy es un día como cualquier otro, son cerca de las 5 de la mañana y la alarma de mi celular suena estrepitosamente, haciendo me despertar de una manera poco agradable.
No he dormido bien, y no deseo levantarme, me pesa el cuerpo, como si tuviera pesas en cada extremidad, con dificultad me siento en el borde de la cama, aun no soy yo, mi mente esta en otro lado, aunque se que estoy despierto.
Con los ojos entre abiertos y medio dormido buscó casi a ciegas el celular entre las almohadas de mi cama y hago callar esa fastidiosa alarma, me quedo sentado un poco mas, hasta que decido levantarme.
Me dirijo arrastrando los pies con leve dificultad hasta el baño, me doy una ducha sin ni siquiera pensar en ello, simplemente lo hago, como un robot, un autómata, sin querer pienso en el día que viene, pensar en ello me abruma, me estresa, así que trató de pensar en otra cosa, pero no funciona.
Salgo y me visto con cierta lentitud, sirvo un poco de café caliente, voy algo tarde así que me tomó el café con cierta prisa, me cepillo los dientes y salgo a la ruidosa ciudad, es una fría mañana como siempre, el viento me hiela los huesos y me pone la nariz roja, lo único agradable es el amanecer, siempre me tomo unos segundos para apreciarlo, todos deberían hacerlo, pero muy pocos se dan cuenta de las cosas hermosas aunque las tengan al frente, por alguna razón prefieren ver el suelo.
Camino unos cuantos metros hasta el paradero del bus, mientras esperó mi transporte, observó a las demás personas, tan amargada como cada mañana, con esa cara seria, siempre afanada por llegar a trabajar o estudiar, quizá si lo que hicieran les gustara, les apasionara, quizá no llevarían esas caras.
Se meten en buses que vienen repletos hasta la puerta, sólo para cumplir un horario, por las ventanas la gente se ve incómoda, y no sólo eso, se nota en sus rostros cierta decepción, cierta rabia, cierta apatía, como muertos, o sin alma, ... Nadie es feliz, nadie sonríe, excepto uno que otro niño que va mirando a la nada, dejando volar su imaginación por la ventana de aquel atiborrado transporte publico, me pregunto que pasará por su cabeza, y también siento algo de envida.
Esperó unos minutos a que llegue un bus medio vacío, igual tengo aun tengo algunos minutos, además ya no llegaré temprano, de nada me servirá afanarse, tampoco es que me importe tanto llegar puntual.
Llega, me subo en el y busco un asiento, por suerte hay uno con ventana, me siento, pongo mi música a reproducir, y miro atravesar de a que vidrio intentando olvidar todo un poco
Hay poco trafico y llegó rápido a mi destino, me dirijo a la universidad, entró, voy tarde a clase pero no importa mucho, igual tengo el presentimiento de que no será el mejor día...
Hoy mi mente no esta en mi y es algo que me sucede muy recurrente mente en estos días, no hago mucho más que divagar durante todo el día, me la paso acompañado de un pequeño grupos de amigos, de buenos amigos, pero hoy no tenia ganas hablar, ni saber nada de nadie, no me siento bien, siento como si estuviera apartado, alejado de esta sociedad, de este mundo, de esa gente, de todo un poco.
Solo quiero perderme en mi música, me pongo mis audífonos y le doy a la reproducción aleatoria, suena "Karma police"
en el reproductor de mi celular, una buena canción, el resto del día me la paso ensimismado, hasta que llega la hora de salida, tomo mis cosas, me despido, y salgo a la calle, busco en mi chaqueta la cajetilla de cigarrillos, tomo el ultimo y boto la caja en el basurero mas cercano, prendo el cigarro y mientras camino para tomar el bus que me llevara de vuelta a casa dejo que el humo inunde mis pulmones.
Mientras esperó, observo a la gente que pasa al lado mío, que espera el bus con migo, muchos se ven cansados, desilusionados, tristes, quizá por algo ... O alguien, aunque lo traten de esconder detrás de una sonrisa forzada, detrás de una mascara de aburrimiento, todos somos así, nos la pasamos fingiendo estar bien, sonriendo, cuando muchas veces nos agobia el día a día, la rutina, cuando estamos muriendo lentamente, y nos derrumbamos internamente, pero parece que no hay mucho que hacer al respecto, estamos condenados a vivir en este infinito letargo, o al menos eso parece, tal vez todos le tenemos miedo a ser sinceros y decir que ya no aguantamos mas mientras rompemos a llorar, ¿nos da miedo ser quien somos frente a los demás?
llega mi bus, lo abordo, pago lo correspondiente, va increíblemente lleno, me acomodo lo mejor que puedo y me pongo los audífonos, subo en el volumen al máximo, tan solo quería callar esa voz en mi interior, esa vocecita que todos oímos en nuestra cabeza, esa voz que nos habla, y no nos deja dormir en las noches, es maldita voz no me dejaba en paz con sus reproches, la ignoró lo más que puedo como siempre, la música es lo mejor para eso.
Me bajo del bus y camino a casa, de nuevo hace frio, pero el cielo nocturno es hermoso, algo que tampoco nadie aprecia, a esa hora todos ven a sus lados y detrás de ellos, el miedo es mas grande que el inmenso cielo, llegó a casa, entró, saludo a mamá, la noto cansada, o quizá preocupada, pero sin embargo trata de disimular, aunque ya se que los problemas en la casa son difíciles, no le preguntó nada para no obligarla a explicarme algo que ya se que es, algo que es frustrante para mi, siempre es difícil tratar con problemas de la casa, mas aun cuando son económicos, por que no importa lo que se piense, el dinero importa cuando eres mayor de edad y tu calidad de vida depende de el, me siento tan inútil frente a ellos.
Me dirijo a mi cuarto, suelto mi maleta al suelo, y me tiro boca abajo en la cama, no tengo ningún trabajo por hacer, no quería hacer nada, y nada era mas importante que estar tirado en la cama, además nuca me he relacionado bien con las personas, y nunca las he necesitado para sentirme bien, por lo cual tampoco tenia muchas personas con las cuales hablar, y en la mayoría de los casos suelen ser una molesta, aunque hay excepciones, hay algunas personas que alegra mi vida, tampoco odio a toda la humanidad, pero en ese momento simplemente quería descansar, así que decido dormir, olvidarme de todo un poco y descansar, siento los ojos pesados y en poco tiempo me quedo dormido,me levantó sobre las 11 de la noche, supongo que hoy trasnochare.
Tuve un sueño pero no lo recuerdo muy bien, es borroso, como siempre, y aunque quiera recordarlo no lo logro y se desvanece, tengo algo de hambre así que voy a la cocina, como algo, subo de nuevo a mi cuarto y me cambio, prendo mi portátil para divagar mientras, y de paso pongo a cargar mi celular que tiene la batería baja, me quedo un rato y luego, como a las tres me acuesto, pero no tengo sueño, así que me quedo despierto en la oscuridad, mirando hacia el vacío, hacia ese infinito, escuchando esos pequeños ruidos, los perros ladrando a lo lejos, una sirena de una ambulancia, mi gata caminando sobre mi cama y acomodándose a los pies, mi mente empieza decirme cosas, a contarme historias, a recordar tanto cosas buenas como cosas malas, mayormente malas, siempre es tan activa a esta hora, y los mas abrumador es que solo puedo escucharla impotente, haciendo me sufrir, es muy cruel y me acusa de muchas cosas, no hay forma de ignorarla, y es agotador, después de unas cuantas horas que parecen nunca acabar, siento los ojos pesados, y al final por fin me empiezo a quedar dormido.. me duermo sabiendo que mañana será otro aburrido y rutinario día, otro día más de este ciclo sin fin.
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Historias Cortas
Randomuna recopilación de historias de una pagina, relatos que no buscan mas que entretener por 5 minutos