Cada vez trataba de acercarme y conocer a Sungjong pero su frialdad con las demás personas incluyéndome no me lo permitía.
Algo escondía aquel chico haciendo que cada vez me enamorara más de él. Cuando hablábamos aunque fuera un ''Hola, ¿cómo estás?'', podía sentir su dulzura en esa dulce y fina voz.
Sabía perfectamente porque estaba así, Sungyeol, su ex novio lo había estado engañando por mucho tiempo. Él está ahora destrozado.
Kowaranaide misete yoso no kizu wa, boku ni shita nsosenai...
Cuando Sungjong aparece, se le ve en su propio mundo, sabía que hasta el más mínimo detalle le haría mal y yo no quería eso, al contrario, quería hacerlo sonreír como nunca, ver esa sonrisa reluciente todos los días. Amanecer con esa sonrisa, vivir con esa sonrisa. Sus palabras frías son como una apuñalada al corazón, ya estoy acostumbrado y aunque se que no lo hace con esa intención aún así duele porque en sus palabras hay un poco de verdad, tristeza e ira.
Hoy es un día especial, le invitaría a a una cita, quizás consiga lo que yo quiero, enamorarlo.
Caminaba por las calles calurosas de Seúl, directo a la universidad. Estaba emocionado, pero a la vez con miedo de ser rechazado. Sabía que Sungyeol aún estaba con las esperanzas que Sungjong volviera con el y estaba haciendo todo lo que tenía a su alcance para hacer tal cosa.
Este mismo día me declararía, ya tenía un discurso el cual había estudiado toda esta semana. Sin darme cuenta ya había llegado, llegué temprano, el siempre llega temprano. Quería hablar con el o al menos verlo a lo lejos como estaba acostumbrado a hacerlo. Él estaba sentado, bajo el mismo árbol, dibujando, como siempre lo hacía. Iba hacia donde estaba el pero alguien se acerca a el, ese alguien es Sungyeol con un ramo de rosas. Yo tenía pensado hacer algo parecido. Mierda.
El rostro de Sungjong no era de felicidad. Al contrario, parecía incómodo. Me acerqué un poco más hacia esos dos y me dediqué a escucharlos.
-Aceptalas, por favor.- Decía Sungyeol casi rogándole a Jjongie.
-No mal gastes tu dinero en mí.- Sungjong siguió dibujando. Sungyeol botó el ramo de rosas tomó fuertemente de el antebrazo de Sungjong haciendo que se pusiera de pie.
-Yo se que me sigues amando.
-Sungyeol, sueltame ahora.
-¿Me amas?.- Al parecer Sungyeol comenzó a apretar mas fuerte el brazo de Sungjong. Me puse de pie.
-¿Tu crees que después de 2 años de relación ya no sienta nada por ti?.- Se deshizo del agarre fuertemente. -Otra cosa es que yo ya no quiera estar contigo ni un momento más.
Me acerqué, pensé que tal vez necesitaba ayuda.
-Sungyeol, deja dejalo en paz.- Intervine.
-Tu no te metas Myungsoo.- Me empujó fuertemente.
-¿Entiendes que el ya no quiere volver a verte?.- Hablé de nuevo. Sungjong se ubicó detrás de mí. Golpeó mi labio haciendo que sangrara un poco.
-¿Acaso su nuevo noviecito eres tú?.- Preguntó con un tono lleno de sarcasmo y burla.
-Ojalá fuera así para curar todas las heridas que provocaste.- Sungjong me abrazó de la cintura, sentí un cosquilleo en mi estómago. Por primera vez sentía sus manos entrelazadas en mi cintura. Quizás sea la primera y última vez que las sienta... O quizás no.
Sungyeol tiró las rosas contra mi pecho, el agua que tenía entre los pétalos se escurrió en mi pecho bajando por mi abdomen.
-Muchas gracias.- Dijo Sungjong con un tono de voz diferente a lo habitual, más.... Dulce.