Capitulo 4

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-¿Hola? ¿Donde estoy?- Preguntó al recuperar el conocimiento.

Sonaba tan asustada que solo tenía ganas de abrazarla y de decirle que todo estaría bien, que no estaba sola.
-Por favor, no entiendo nada ¡alguien ayudeme!-

Poco a poco su dulce voz se convirtio en pequeños sollozos y estos a la vez dieron paso a un amargo llanto.

No pude soportar ver caer esas lágrimas de sus preciosos ojos, entendí que aunque yo fuera el mas feliz teniendola conmigo...

Ella no lo era.

Cuando finalmente se durmió, la sujeté en mi y la dejé en la orilla de la playa, esperé durante la noche entera hasta que sus padres la encontraron y la llevaron consigo.

No se si fue mi imaginación, pero logré ver que ella recargada en el hombro de su padre miró hacia mi y por un mágico instante nuestras miradas se conectaron.

Amor Marino  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora