A finales de la prepa, yo ya estaba más grande tenía como unos 19 años, tenía problemas amorosos que no quería saber nada de hombres, el que me gustaba en ese momento era un imbécil en toda su expresión y uno que gustaba que no lo veía sino como un amigo pero este lo tomo mal, estaba teniendo malos días, me comencé a enfrascar en el Messenger para aliviarme, ya era tarde pero cuando él se conecto y me saludo tan simpático como siempre toda la tristeza se alejó de mi mente por un momento ya hacia tiempo que no sabía nada de él.
Pasamos toda noche hablando y recordando sobre nuestros momentos por chat
El describió ese momento como: Sentí electricidad por el teclado que me atraía hacia ti, como cuando polos opuestos se atraen.
A partir de ese momento se comenzó a conectar más seguido al Messenger y chateábamos por horas hasta intercambiamos nuestro numero telefónicos aunque nunca me llamaba por teléfono ni yo a el, aún así era realmente confortable pasar el tiempo con el.
Pero hubo algo que hizo que dejara de conectarse y fue raro.
Un día recibí una mala noticia, la muerte del padre de una buena amiga, realmente triste asistí a estar con mi amiga y pase todo el día con ella.
Al regresar tarde en la noche a mi casa, revise un teléfono celular y tenía un mensaje de él, preguntando cómo estaba que si me podía llamar, alegre le dije que SI!!!!
Esa noche hablamos mucho, tanto que se me descargo el teléfono, y tuve que decirle hasta mañana.
El apareció con un mensaje en Messenger, donde decía que no sabía explicar que le pasaba conmigo, pero sabía que yo le atraía mucho, tanto que sentía que no podía estar sin mí, que estaba muy consciente que había una distancia entre nosotros (vive al otro lado del país), y le conteste que realmente eso no me importaba.
Ese noche fuimos más libres y nos desahogamos, el era demasiado atento me ilumino de inmediato fue realmente adorable nunca me habían tratado tan bien, y eso era entre llamadas, mensajes e internet, siempre me lo imaginaba a mi lado, tanto que hablábamos mucho de eso, de cuando nos viéramos.
Recuerdo muy bien las horas que pasábamos hablando por teléfono.