Capítulo 22.

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-Andy, _______, levántense. Ya nos vamos. -Dijo Amy abriendo la puerta de golpe, provocando que Andy y yo despertáramos exaltados.

Con un poco de pereza, me cubrí con la sábana que estaba en la cama, dejando a Andy sin qué cubrirse. Me levanté y caminé al baño para darme una ducha.

Abrí la llave del agua caliente y me puse debajo de ella, dejando que recorriera cada parte de mi cuerpo desnudo.

Cuando terminé, fui de nuevo al cuarto, Andy se estaba vistiendo.

-Que hermosa te ves. -Dijo Andy con una mirada de pervertido.

-Ya sé. -Dije seductora y dejé caer la toalla que llevaba al rededor del cuerpo.

Andy me examinaba de arriba a bajo, mientras mordía su labio inferior.
Se acercó lentamente a mí, poniendo sus manos en mi trasero y llevando sus labios a mi cuello.

-¡Andy! Bajen a desayunar. -Amy abrió la puerta.

Andy se paró frente a mí, tratando de cubrir mi cuerpo.

-Oh... Perdón. -Inmediatamente se dio la vuelta y se fue.

Andy y yo reímos de nervios y decidí ir a vestirme. Tomé unos shorts negros, una blusa holgada de manga larga gris y mis converse negras.

Bajamos las escaleras para ir al comedor, donde se encontraba Chris y Lia desayunando.

-¡Hey! Por fin bajan... Necesito hablar con ustedes. -Dijo Chris.

-Ah... Claro. -Andy frunció el ceño.

-¡Amy, lleva a la niña a la cocina! -Gritó.

Amy apareció unos segundos después y se llevó a Lia.

-Escuchen... Esto es algo... Incómodo. -Dijo. -Les voy a pedir de la manera más cortés, que cuando tengan sexo salvaje, procuren no hacer ruido, o al menos no tanto. Lia estaba durmiendo y Amy y yo los escuchábamos desde la cocina.

Andy y yo nos volteamos a ver con los ojos más que abiertos.
Sentía mucha vergüenza, no quería ni voltear a ver los ojos del padre de Andy.

-L... Lo sentimos. -Dijo Andy.

-Bastante... -Continué.

Un silencio incómodo se presentó durante unos segundos hasta que Chris habló de nuevo.

-¿Y qué tanto hacían? Digo, se escuchaba como si golpearan la pared.

-¡Papá! -Se quejó Andy.

Los tres reímos y terminamos de desayunar. Para después ir a las montañas de las cuales hablaba tanto Amy.

[...]

-Mierda... Ya... Ya no puedo... -Dijo Andy con el corazón a punto de salir de su pecho.

-Pero si ya llegamos, aparte fue muy poco lo que escalamos. -Le dije a él.

-¿Muy poco? ¡Caminamos casi dos kilómetros!

-No exageres Biersack, ni siquiera fue un maldito kilómetro. 

-Muy bien, aquí almorzaremos. _______, ayúdame a acomodar todo. -Me dijo Amy.

Le ayudé a acomodar una pequeña manta en el suelo y a sacar la comida que había preparado.

A lo lejos vi a Andy y a Lia corriendo, Andy la cargaba y ella reía.

-¿Quieres jugar? -Me dijo Lia.

-Ah... Claro. -Sonreí.

-Tú eres... -Lia.

-¿Qué? -Pregunté confundida.

Road To Nowhere (Andy Biersack y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora