—¡Len! vamos, atrápame— Gritaba una pequeña rubia mientras corría junto con su ya mencionado amigo. Y descalza
—Espera Rin, corres muy rápido ¿Sabes?— Dijo su amigo tomando grandes bocanadas de aire, con los zapatos de la rubia en mano
Ambos rubios corrían por el parque de la ciudad jugando a un juegos llamado "Devuelve el zapato a cinderella" Un juego que ellos dos habían inventado.
—Algún día tendré los hermosos zapatos de cristal — Dijo la rubia mientras se colocaba sus pequeños zapatos negros — Y tu me los vas a colocar Len
—Claro Rin, yo lo haré — Dijo el niño sonriendo.
—Len! Mira— Dijo la niña observando algo al otro lado de la calle
Con mucha cautela de mirar a ambos lados de la calle repetidamente, cruzo y se apoyó sobre en vidrio de una tienda de zapatos.
Su amigo repitió la misma acción al cruzar la calle, evitando también que sus padres no los descubrieran saliendo del parque sin sus permisos, cruzo y fue con ella
—Son... hermosos— Murmuró la chica mas para si misma que para el niño.
Unos zapatos muy bellos, que parecían (según la niña) de cristal. Bajos, con muy poco tacón.
—Tienes razón— Dijo el niño —Pero hay que volver al parque
—¿Podemos jugar un rato mas?— Dijo la niña riendo mientras se sacaba los zapatos nuevamente
***
Aún puedo recordarlos, esos hermosos momentos felices. Sonreía y jugábamos juntos bajo la luz del sol a nuestro juego favorito, cada día ella cruzaba a esa tienda de zapatos para poder observar los zapatos de "cristal". Ella era bastante soñadora, alegre, energética y sonriente.
Siempre conseguía que me quedara un rato mas en el parque a jugar con ella. También podía correr mas de lo que normalmente no hacia, solo con esa sonrisa suya.
Pero en los primeros años de secundaria, algo en ella cambió.
Y en mi, algo se rompió.
Un día, ella me presentó a su novio, un chico 1 año mayor que nosotros.
Aparte, su actitud ya no era tan brillante como antes, cada vez que le intentaba preguntar algo de el, ella evadía el tema o se iba con alguna excusa. Sus sonrisas, no eran como las de su infancia. Pero aun sonreía y era feliz. ¿Verdad cenicienta? ¿Eras feliz? Pero, aun así...
¿Que le sucedió a tu antiguo tu?
¿No eres feliz con el?
Pero después, algo grande le sucedió.
Sus padres, fallecieron repentinamente cuando ella tenia 16. El día de su funeral, ella se encerró en la habitación con sus cuerpos, no le gustaba que sus familiares la vieran llorar. ¿Su novio? El estaba afuera, parado firme, parecía que no le habia movido un pelo las muertes.
Pero yo era la excepción con su llanto. Cuando salió de allí pude notar su sonrisa algo forzada. Y me llevo arrastrando a mi casa, las lagrimas que tenia que limpiar día tras día. Sonará algo raro, pero me alegraba ser el único que la viera llorar, el único con el que pudiera llorar y desahogarse del dolor que ella cargaba. Sola
Pero, aun estaba su novio, aunque no creo que ella le haya llorado como conmigo... ¿verdad?
Claro que todo eso sucedió años atrás, pero a pesar de eso, seguíamos juntos.
Mi mejor y única amiga.
Mi mejor, primer y único amor.
Estaba pensando en todas esas cosas en el sillón de mi casa, cuando mi celular sonó, de nuevo suena su llamada y yo respondo de la misma manera desde hace tiempo atrás.
—¿Que te ha pasado hoy?—Preguntó
—Voy para allá—Dijo con la voz cortada mi cenicienta
A unas calles de la casa de aquel rubio, corría una joven de cabellos dorados con lagrimas en sus ojos
ESTÁS LEYENDO
Algún dia, mi cinderella volverá
RomanceVamos, cenicienta descalza. Pronto te vendrán a buscar ¿No? Oye, feliz cenicienta. El carruaje de calabaza llega tarde ¿No? La magia desaparece, tú sólo regresas a ser feliz y cubierta de polvo... ¿No? Prohibida su adaptacion parcial o total. (Vocal...