CUENTOS COMPLETOS I
Para contactar con el autor: dae.connor@gmail.com Título original: Cuentos Completos I. Portada y contraportada por Dae Connor. ISBN: 978-1-4452-5693-1
1ª edición: septiembre de 2008. 2ª edición: marzo de 2010.
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Para Ellas. Leyre, Lidia, Marian, Noemí y Teresa.
TABLA DE CONTENIDOS
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ROUTER MAN
“Tienes un e-mail.”
Desde que se fue, las cosas cambiaron. Tras el incidente de Zwietech Industries la ciudad perdió a todos sus habitantes y fue abandonada a su suerte. Diversas iglesias de todo el mundo condenaron la soberbia de la ciudad por su atrevimiento a emular a los dioses y solo un reducido grupo de países intentó en vano restaurar el orden. De este modo la ciudad se convirtió en un símbolo de castigo dónde indigentes y fugitivos acudían a esconderse. Se prohibió para siempre toda Inteligencia Artificial que pudiese hacer algo más que sumar, aquellas demasiado avanzadas eran censuradas por unanimidad por todas las naciones y comunidades surgiendo tratados, leyes y condenas referentes a la programación. Aunque como he dicho, la ciudad pasó a ser tierra de nadie y los más atrevidos científicos se reunían allí clandestinamente para crear los más osados experimentos científicos...
ROUTER: Un router es una pieza de hardware o software que conecta dos o 2 más redes. Es una pasarela entre dos redes. 3Asegura el encaminamiento de una comunicación a través de una red.
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PRÓLOGO Movió el brazo. Notó otra vez aquella sensación, aquel sentimiento de despertar. De volver a empezar. De ignorancia. Despertó aturdido con un extraño sopor, atrofiado como una vieja momia que vuelve de su sueño eterno. No notaba los dedos porque estaba paralizado. Sintió el surgir de un cosquilleo agradable mientras el calor empezaba a recorrer su cuerpo desnudo. Al rato fue consciente de que aunque tenía los ojos abiertos no conseguía ver nada, sólo un borrón blanco. Se apresuró a parpadear varias veces intentando aclarar la imagen y un zumbido en los oídos le hizo suponer que no estaba despertándose de un sueño normal. Dejó pasar unos minutos antes de decidir que ya era hora de levantarse pero al intentarlo descubrió que no podía pues algo le agarraba firmemente la cabeza. Comprendió. - Dante. - Le pareció el susurro de un extraño, no se hacía a la idea de que era su propia voz, no la reconocía.
Un mareo le hizo palidecer unos segundos, la clave le había ordenado a la máquina que lo desenchufase, se oyó un siseo y la cabeza se ladeó muerta sobre su hombro. Estaba en su búnker Gracias a las drogas que la máquina le había inoculado en la corriente sanguínea no sufrió una resurrección tremendamente dolorosa. Su cuerpo ya desenchufado seguía suspendido en aquella agua tratada que lo mantenía en suspensión y que poco a poco iba aumentando en calor. Sus ojos se acostumbraban a la luz, había varios fluorescentes sobre su cabeza que parpadeaban cada uno a su propio ritmo como si hubiesen llevado una vida diferente mientras él estaba fuera. El empalme que le hizo a la red eléctrica aún funcionaba, dio gracias de que no lo hubiesen descubierto... y desconectado. Nunca pensó que volvería a la Tierra pero hubiese sido un estúpido si no se hubiese asegurado una salida. Alzó la mano y la sacó de la bañera industrial que la había preservado tan bien todo ese tiempo. Se preguntó cuánto exactamente. El agua se deslizaba por su brazo para volver al recipiente. Sintió la fuerza de la gravedad sobre él. “La Tierra no me olvida”, pensó, “estoy de vuelta”. Aunque aún no veía del todo bien decidió levantarse. Se apoyó en la vaina de metal y se sentó en ella disfrutando unos segundos de la sensación del agua bajando por su cara y su cuerpo. Debía recordarlo todo antes de que las drogas fuesen asimiladas totalmente por su cuerpo y el hambre y otras necesidades mundanas requiriesen su mente por completo. Al mirar al frente empezó a recordar su vida. Recordó que todo estaba igual que como lo había dejado, lleno de polvo eso sí, pero igual por lo demás. Una enorme pantalla proyectada sobre una pared gris - recordó que tenía que ser blanca - parpadeaba unas letras rojas: “LA MUERTE ES SÓLO PARA LOS MEDIOCRES”. Había programado esa frase para el improbable día en que volviese a la Tierra. No estaba seguro de saber quién dijo esa frase. 2
