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Hubo un tiempo en que no tenía fuerzas.
Ni siquiera para mirar atrás.

Hubo un tiempo en que no tenía ganas de nada, ni siquiera de ser feliz.

Mis problemas no eran mayores que los de los demás, sin embargo, consiguieron hundirme entre lodo y miedo.

Entre mentiras, engaños y decepciones, acabé en lo más hondo del fango.

Y llegaste, me cogiste de la mano y me salvaste.
Sin estar aquí presente, sin tan siquiera tocarme, fuiste mi salvación, detrás de una pantalla.

Ahora dime que no he ganado, no me importa.
Con decirte lo que eres para mí

Todo lo demás sobra.

- David Calvo los dioses también aman -

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora