Con los ojos cerrados, Emma sentía como el agua iba cayendo sobre ella, relajando su cuerpo y despejado su ideas. Ya era de día en Frei, la capital de Lütchz, y Emma aún no asimilaba lo que había pasado. Aquella noche había dormido fatal, a eso sumándole el jet lag había tenido sueños extraños en el que ella iba al instituto, pero allí siempre la esperaba Kevin con la pistola en la mano.
¿De verdad que Kevin era de los....Malos, por llamarlo de alguna forma? ¿Sólo se había acercado a ellas por un estúpido collar? ¿Había roto el corazón de su madre solo por eso? Pensó con rabia cerrando los ojos y aguantando las lágrimas, bajó su mirada y en su manó encontró el anillo que llevaba en su dedo anular, ese anillo se lo había dado Kevin cuando su madre y él se prometieron cuando Emma tenía unos 10 años.
®FLASHBACK®
Emma miró a los dos adultos que estaban en delante de ella, estaba desayunando cuando ambos entraron con una extraña sonrisa ¿Qué estarían planeando? Kevin se acerco a ella y se arrodillo en el suelo, para mirar a los ojos azules de la niña.
-Mira Emma, sabes que tu madre y yo llevamos un tiempo saliendo juntos y....- A partir de ese momento, Emma dejó de escuchar lo que Kevin estaba diciendo llevándose las manos a la boca ¡SE CASAN! ¡SÍ! ¡SÍ! SÍSÍSÍSÍ y mil veces sí. Adoraba a Kevin y él la adoraba a ella y que el castaño entrase a formar parte de la familia.... Lo adoraba.
-¡OS CASAIS!-Gritó emocionada cortando el discurso de Kevin a la mirada, provocando que ambos adultos riesen.
-Sí Em, nos casamos.- Con ternura, Kevin acarició la mejilla de la chica para luego sacar de su bolsillo trasero una cajita, abriéndola enfrente de la niña, mostrando un anillo.- Emma Johnson ¿Quieres ser mi hija?
-¡SÍ!-Emocionada, Emma se arrojó a los brazos de Kevin alzando su mano para que su madre se uniese a su abrazo Familiar.
® FIN FLASHBACK®
Entonces... ¿Fue todo una mentira? ¿A tanto llega la ambición de un hombre de casarse sólo por conseguir un collar? Con furia, Emma cerró la llave del grifo y salió de la ducha, dispuesta a demostrar a esa gente, y sobre todo a Kevin, que ellos no podían con ella. Ellos no conocían a Emma Johnson, no señor. Ella no iba a llorar más.
Mathew terminó su café, mientras vio como la princesa partía hacia sus clases privadas, despidiéndose de él con un beso en la mejilla. Miró la hora, eran las nueva de la mañana. ¿Emma estaría despierta? Así que dejando la taza en la fregadera, se atusó la corbata y subió las elegantes escaleras de la entrada hacia el segundo piso, donde se encentraban las habitaciones de invitados.
Tras caminar un rato llegó a la puerta donde estaba durmiendo Emma y sin tocar, abrió la puerta encentrándose con una peculiar escena: Emma estaba con los pantalones puestos, un bonito sujetador de encaje negro y la camiseta a medio poner. Parecía que la chica tuviese problemas para ponérsela, ya que brincaba por la habitación, peleándose con la camisa.
-¿Necesitas ayuda?- Preguntó, viendo como la chica detiene su pelea y se giró para mirar al nuevo integrante de la habitación, entre su postura; brazos en alto, la camiseta atorada en sus brazos y sus preciosos ojos azules mostrándose por el cuello de la camiseta
Emma se giró al reconocer la inconfundible voz de Mathew, como para no hacerlo; su voz era tan grave y firme que si le pidiese que le vendiese su casa, ella lo haría sin dudarlo. Así que con rapidez se giró para gritarle que a las habitaciones se entra llamando cuando lo que ve, le deja sin palabras: Matt portaba un traje y ¡Oh Dios mío! La imagen realmente era impactante; el traje marcaba su ancha espalda y que le sentaba como un guante. Tan embobada que estaba por aquella imagen- y por las ganas que tenía de tirar de la corbata para poder mordisquear esos carnosos labios ¿Eran así ayer? ¿Cómo no se dio cuenta?- que no se dio cuenta que estaba medio desnuda delante del chico.
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Lütchz
RomantikLa vida de Emma Johnson era normal: a sus 17 años iba al instituto, salia con su mejor amiga y hacia una vida como cualquier adolescente. Pero una noche cambio cuando un día al volver del cine la persona que más confiaba la apuntaba con una pistola...